Lewis Hamilton consiguió este pasado sábado su primera victoria como piloto de la Scuderia Ferrari. Sí, vale que fue en una carrera al sprint de apenas 19 vueltas, pero el británico demostró una clara mejoría respecto a lo visto hace dos semanas en Australia, consiguiendo superar en su circuito fetiche a su compañero de equipo, Charles Leclerc, e imponerse en la carrera corta en Shanghái.
Ha encajado a la perfección en la filosofía de la marca del cavallino, pero la sequía de los italianos empieza a acercarse a las dos décadas y ni Fernando Alonso, ni Sebastian Vettel consiguieron volver a ganar un campeonato tras su fichaje por los de Maranello tras haberse coronado campeones. Lewis Hamilton llega con siete títulos bajo el brazo tras haber sido leyenda con Mercedes-AMG y con la firme intención de cerrar su carrera deportiva desbancando a Michael Schumacher y logrando el octavo con la marca con la que todo piloto sueña cuando es pequeño tal y como reconoció Lando Norris recientemente.
Sin embargo, Hamilton siempre ha tenido otras inquietudes más allá de la competición. Diseñador de moda, la música e incluso un apasionado de los videojuegos. Lewis quiere ser un recuerdo imborrable en la historia de Ferrari y eso también puede pasar por lo que ocurra fuera de los circuitos.
Su ambición reconocida pasa precisamente por la de contribuir en el diseño de uno de los grandes deportivos de la compañía, incluso atreviéndose a soñar con ser parte del diseño del Ferrari F40: «Una de las cosas que realmente quiero es diseñar un Ferrari. Quiero hacer un F44, con la base de un F40. En eso voy a trabajar los próximos años», admitió en declaraciones recogidas por el medio anglosajón Motorsport.
Para Hamilton se trata de todo un ícono atemporal, al igual que para Lando Norris, el cual fue recientemente noticia porque un amigo suyo, con el piloto de McLaren en el asiento del acompañante, estrelló el suyo. En el caso de Lewis no sólo se conforma con tener uno en el garaje, sino que quiere también trabajar en todo el proceso que dará nacimiento al futuro F44 de la serie Icona, el homenaje del Siglo XXI al Ferrari F40, el cual se saltaría de nuevo la nomenclatura que Ferrari ha ido dando al gran deportivo de cada década.
Experiencia tiene, ya que en el pasado contribuyó a poner a punto el Mercedes-AMG One y el historial de deportivos que posee en su garaje tiene marcado carácter italiano, entre ellos el ya conocido Pagani Zonda o el Ferrari LaFerrari del que también posee un ejemplar. Uno de sus principales objetivos es que tuviera también una caja de cambios manual, lo que lo convertiría en el perfecto tributo al F40 original. De conseguir influir en el próximo gran deportivo de los italianos, seguiría en parte los pasos de Michael Schumacher, el cual trabajó en el desarrollo del Ferrari Enzo, mientras que en el LaFerrari por ejemplo participó Fernando Alonso o la prueba realizada hace unos meses por Carlos Sainz y Charles Leclerc de la mula de pruebas del F80.
Por el momento, una de las primeras sesiones fotográficas que se realizó Lewis Hamilton como piloto de Ferrari se eligió un marco incomparable como la pequeña plaza delante de la casa de Enzo Ferrari y junto a Lewis, una unidad del F40. Toda una declaración de intenciones en una época en la que sí ha sido habitual ver a los pilotos involucrarse en el desarrollo de nuevos coches e incluso tener sus propias ediciones especiales como fue en el caso del propio Alonso con el Alpine A110 y el Aston Martin Vailant.
Sí que será mucho más complicado ver el nombre de uno de los deportistas plasmarse en el coche, algo que Ferrari nunca ha hecho, haciendo valer el dicho de que “los pilotos vienen y van, pero la marca siempre se queda”.