El futuro de la industria del automóvil pasa necesariamente por los coches eléctricos, aunque a la combustión interna le queden décadas de recorrido y existan alternativas de cero emisiones muy interesantes, como las células de combustible de hidrógeno. Muchas marcas están presentando sus propuestas de cero emisiones, y aprovechando el Salón de Tokyo, Lexus ha presentado un adelanto conceptual de su futuro eléctrico, imaginando como será un Lexus en el año 2030. Ante ustedes, el Lexus LF-30 Electrified Concept, el oráculo del futuro de Lexus.
Este coche es un prototipo sin visos de producción en serie, pero algunas soluciones estéticas estarán presentes en los futuros coches eléctricos de la marca japonesa. Como podéis comprobar, su frontal sigue teniendo una presencia muy importante, y una calandra ocluida, de aspecto inspirado en los actuales frontales. Este concept es un crossover, aunque de dos puertas y con poca distancia libre al suelo. Se imagina un futuro donde muchas de las actuales carrocerías convergen en un vehículo lujoso, de 5,09 metros de largo y 1,60 metros de alto.
Sus puertas son de apertura vertical, de forma similar a las de un Mercedes 300 SL «alas de gaviota». Sus ruedas tienen una presencia muy marcada, ya que en ellas se han integrado cuatro motores eléctricos. Al carecer de ejes de transmisión o cajas de cambio, el control del flujo de energía es muy preciso y la potencia se transmite al suelo de forma muy controlada. Y estaríamos hablando de nada menos que 400 kW (536 CV), acompañados de 700 Nm de par motor máximo. Estos motores beben energía de una batería de 110 kWh de capacidad, situada bajo el habitáculo.
Lexus imagina que este prototipo tiene una autonomía WLTP de 500 km – algo que algunos coches eléctricos ya superan hoy día – y es capaz de cargarse a una potencia máxima de 150 kW. En cuanto a sus prestaciones, son más que buenas: hace el 0 a 100 km/h en solo 3,8 segundos y tiene una velocidad punta de 200 km/h – impresionaría en la vida real, teniendo en cuenta que pesa 2,4 toneladas. El interior de este prototipo es también muy importante, ya que será donde hagan vida los ocupantes mientras el coche se conduce solo a su destino: es completamente autónomo.
Aunque el coche aun permitirá ser conducido de forma manual, está diseñado para ser un chófer robotizado. Su interior parece una verdadera nave espacial, pero está enfocado a maximizar la sencillez de uso. El sistema de infoentretenimiento se controla mediante gestos y la voz, y una inteligencia artificial es capaz de distinguir las voces de diferentes ocupantes – además, en la llave del vehículo se pueden almacenar las preferencia de cada usuario. La realidad aumentada proyecta información de todo tipo sobre el techo o el salpicadero del coche.
Como concesión futurista sin viso alguno de llegar a producción, el «Lexus Airporter», un dron que es capaz de llevar volando nuestro equipaje – o la compra del supermercado – desde nuestro coche a la casa, o viceversa. En cualquier caso, es un prototipo que muestra cómo la marca japonesa lleva su concepto tradicional de «omotenashi», la hospitalidad japonesa, hacia el futuro de la conducción, los coches autónomos.
