No sé si os ocurre lo mismo, pero a mi, personalmente, me fascinan los vídeos en los que un coche de aspecto desastroso vuelve a brillar con luz propia, normalmente tras haber presentado su peor cara en el inicio de ese vídeo. Algo parecido a lo que ocurría en Lluvia de Estrellas, aquél clásico programa noventero de la televisión. Hoy os presentamos una de esas transformaciones, que dejan en ridículo al antes y después de Lluvia de Estrellas. Una transformación de un coche del que se decía que era «imposible de limpiar».
El youtuber canadiense «The Detail Geek» está especializado en este tipo de contenidos, y en ocasiones podría pensarse que ensucian a propósito ciertos coches. Pero es imposible falsear la suciedad presente en el Hyundai Accent del año 2009 que ha tenido el «privilegio» de tener que limpiar. El coche fue entregado a un concesionario canadiense como parte de pago por otro coche, y pertenecía a un fumador empedernido. El problema era que ese fumador empedernido usaba su coche como cenicero, a tenor de su estado.
No hay forma humana de definir el nivel de suciedad de ese vehículo. A los cientos de colillas y kilos de ceniza se unían años sin limpieza, el duro clima canadiense de Saskatchewan y el pelo de uno o varios perros. Es lógico que nadie quisiera atreverse a limpiar ese coche, ya de por sí de poco valor, con su carrocería visiblemente oxidada y un interior desastroso. El proceso de descontaminación – más que limpieza – comienza con el aspirado de todos los residuos de mayor tamaño, tras el desmontaje de asientos y gran parte de paneles interiores del coche.
No todos los pelos han conseguido ser extraídos de la moqueta, que tras ser limpiada en varias ocasiones con productos agresivos de limpieza, cepillos y una aspiradora de inyección-extracción, vuelve a presentar un aspecto medianamente decente. Lo mismo ha ocurrido con los asientos del coche. Ha sido especialmente asqueroso contemplar el proceso de limpieza del «cenicero» que era la consola central, donde se apagaban directamente los cigarrillos. La cantidad de ceniza y puro alquitrán extraída ha sido mareante.
Aunque muchos plásticos están ya quemados, y degradados de forma irreversible, el resultado final de la limpieza interior está a años luz de su estado inicial. Dejémoslo en que el interior presenta un mínimo de salubridad, y puede ser usado por una persona sin miedo a contraer infecciones respiratorias. El exterior del coche no está en el mejor estado, pero al menos está limpio y no resulta grimoso. El Hyundai Accent se ha salvado del desguace y podría dar servicio unos años más, aunque sea como coche barato de batalla. ¿Qué te ha parecido la transformación?
