Algunos prototipos de coches no se han llevado a producción porque presentaban algunos problemas que puede que fuesen difíciles de solucionar. Sin embargo, esos prototipos han causado mucha sensación entre los aficionados al mundo de los coches porque tenían un diseño único y hoy en día esos mismos prototipos únicos se venden por unos precios que superan por mucho a los originales, como es el caso del Lamborghini Marzal.
Un coche diseñado para lanzar a Lamborghini a la fama
No es que Lamborghini no tuviese ya fama, pero en su catálogo solo se encontraba el Lamborghini Miura y el 400 GT. Por eso mismo en 1967 se presentó el Lamborghini Marzal, un coche diferente al resto.
Y es que, este coche se diseñó para que fuese espacioso y cómodo sin dejar de lado su estética deportiva. El chasis se basó en el del Miura, pero era 12 centímetros más largo, permitiendo añadir dos asientos en la parte trasera, convirtiéndolo así en un coche de cuatro plazas.
El diseño futurista que pegaba en la época
Este coche causó tanta sensación porque las puertas y el techo estaban completamente acristalados, y tenía muy pocas partes metálicas, las justas para dar consistencia a las puertas. Esto permitía poder ver al conductor y a los pasajeros de cuerpo entero desde los laterales del coche, algo que no le hacía mucha gracia a Ferruccio, pues se perdía la intimidad.
Aunque era un coche de cuatro plazas, solo contaba con dos puertas que compartían los pasajeros delanteros y los traseros. Las puertas eran tipo alas de gaviota, para que hubiese más espacio para entrar o salir del coche.
Ese detalle junto a que era plateado por dentro y por fuera, nos llevaba a un coche muy futurista, algo que hizo que muchas personas se refirieran a él como «coche extraterrestre». Y es que en esa década, había muchísimas historias de avistamientos de OVNIS, lo que contribuía a que el coche saltase a la fama, ya que muchos fabricantes diseñaban los coches como si de una nave espacial se tratase.
Poca potencia para un coche deportivo
El motor que equipaba este Lamborghini era de seis cilindros en línea de gasolina de 2 litros y con 175 CV de potencia que se transmitía a las ruedas traseras mediante una caja manual de 5 marchas. Y aunque es cierto que el coche en sí era muy ligero, pues solo pesaba 1.220 kilos, la aceleración no era demasiado buena.
Este coche pasaba de 0 a 100 kilómetros por hora en 9,4 segundos, mientras que el Miura podía hacerlo en 6,7 segundos. Así que, a pesar de ser un coche deportivo en apariencia, su funcionalidad era más bien la de un sedán.
Por esto y por su diseño no se produjeron más Lamborghini Marzal. Este coche se condujo una sola vez en el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 por el Príncipe Rainiero III y la Princesa Grace Kelly. Sin embargo, el Lamborghini Marzal sentó precedente para el posterior Lamborghini Espada de 1968, que incluyó muchas características del Marzal en sus diseño.
