A día de hoy, el logotipo de Porsche es uno de los elementos más reconocibles y con más tradición en la industria del automóvil. En un mundo que tiende a hacer desaparecer y/o aplanar los logotipos de las marcas, el escudo de la marca de Zuffenhausen se mantiene impertérrito con ligerísimas modificaciones. Es uno de los activos más valiosos de Porsche, pero a principios de los años sesenta, fue víctima de duras críticas y a punto estuvo de ser reemplazado por uno de los cinco diseños que ocupan la pantalla de tu dispositivo.
Cuando Porsche nació, en 1948, no tenía logotipo. Solo una palabra, «Porsche», en letras estilizadas. El logotipo de Porsche, tal y como lo conocemos, no llegaría a materializarse hasta el año 1952. Fue el Dr. Ottomar Domnick el que en 1951 lanzó una competición para diseñar un logotipo de la marca, sin llegar a ningún claro ganador. A finales del mismo año, Max Hoffman – el importador de Porsche en EE.UU. – fue el que revivió la idea de diseñar un logo para la marca, en una cena con Ferry Porsche en Nueva York.
En el año 1952, el diseñador Franz Xaver Reimspiess diseñó el logotipo que hoy conocemos, tras tener en cuenta algunas de las ideas iniciales de Ferry Porsche. El logotipo de la marca tiene un caballo, sacado del escudo de la ciudad de Stuttgart, así como las astas de ciervo y las franjas negras y rojas, procedentes del escudo de armas de Württemberg-Hohenzollern, el «Land» alemán – ahora llamado Baden-Württemberg – donde se ubica Stuttgart. Este logotipo sigue siendo el de la marca hoy en día, pero en su momento, fue sujeto a muchas críticas.
Para empezar, era un logotipo a color, y en aquella época, las impresiones en color no solo eran muy caras, si no que exigían de una gran inversión en moldes y tintes por parte de las imprentas. En la Alemania de posguerra esto era un problema, y suponía una carga adicional para el limitado presupuesto de la marca para materiales promocionales. Su forma era intrincada, y en blanco y negro no tenía un aspecto tan elegante. En 1961, los concesionarios de la marca comunicaron a Porsche que el logotipo «tenía demasiados colores y no era reconocible en el tráfico».
En su misiva, citaron los logotipos de Mercedes y Porsche como ejemplos a seguir, diseñados por el propio Reimspiess – el mismo que había diseñado el escudo de Porsche. Tras recibir esta carta, la directiva de la marca contrató al creativo Hans Lohrer para diseñar varios logotipos alternativos para Porsche. Lohrer había creado pósters para Porsche durante los años 50 y era uno de los más reconocidos artistas de diseño comercial de la época. Creó cinco propuestas diferentes, centradas en el uso de la letra «P» como eje central.
Jugó con simetrías, colores diferentes y formas estilizadas, con una clara influencia de época. Aunque hoy se vean extraños, a principios de los sesenta, eran diseños de vanguardia. El logotipo iba a ser estrenado por el sucesor del Porsche 356, pero al final, fueron descartados al completo. Porsche decidió usar el logotipo existente, ya con una década de recorrido comercial. El resto, como suele decirse, es historia. Aunque ha sido estilizado seis veces, sigue siendo perfectamente reconocible como la seña de identidad de Porsche.