Seguramente recordaréis que hace unas semanas os presentamos en Diariomotor a los Huot, una pareja estadounidense que había recorrido casi 700.000 km, en poco más de seis años, a bordo de un minúsculo Mitsubishi Space Star. En aquél momento os dijimos que había sido una verdadera labor de amor – aún teniendo muchas ventajas, es un coche de muy baja potencia y espacio – y también el caso que hoy os presentamos. Porque recorrer 333.000 km con un Lotus Elise 111R también es una verdadera labor de amor. Dejadme que os cuente su historia.
Hay berlinas diésel que recorren muchos menos kilómetros que este radical deportivo ultraligero. Y mientras esas berlinas están diseñadas para darse zampadas de kilómetros sin inmutarse, el Lotus Elise no es un coche diseñado para ello: es un juguete de tramos y circuitos, un coche de fin de semana. Un tercer o cuarto coche, un segundo coche en el mejor de los casos. No es que no sea capaz de soportar 333.000 kilómetros a sus espaldas, es que esos 333.000 km no habrán sido cómodos, tranquilos, silenciosos, ni especialmente eficientes.
Permitidme que insista: es que tampoco estamos hablando de un Lotus Elise cualquiera. Estamos hablando de una versión 111R, si cabe, más aligerada, más dura y más deportiva. El 111R es un Lotus Exige con un nivel de potencia inferior, a efectos prácticos. Si bien recorrer en coche 22.000 km al año no es nada descabellado – en un coche diseñado para ello – y hacerlo en un Lotus puede considerarse incluso «romántico», te invito a una reflexión. Es un coche sin apenas aislamiento, con una sencilla lona como techo, estrecho como pocos, y duro como muy pocos.
En un coche así, un viaje de 500 km tiene como consecuencias dolor de espalda, dolor de cabeza y un zumbido en los oídos que tarda tiempo en desaparecer. Lo sé por experiencia: hice un viaje de 700 km en un Alfa Romeo 4C y me pasó factura durante varios días. Reconozco que son coches excepcionalmente divertidos y son la máquina definitiva para una conducción deportiva en tramos, pero no son coches diseñados para ser usados en largos viajes. Recorrer 22.000 km anuales en un Lotus Elise es usarlo a diario, y es usarlo en viajes de gran distancia habitualmente.
Hacer eso en un Lotus Elise 111R, es una verdadera labor de amor. Os lo garantizo. Hay que ser muy petrolhead, y hay que rayar tendencias masoquistas. El coche en cuestión está a la venta en Holanda, y está desde hace unos días, reservado. El concesionario que lo tenía en venta pedía 27.900 euros por el coche, un precio correcto, corregido por su elevado kilometraje. Pese a tener muchos kilómetros, el coche está en un impecable estado visual, evidenciando el buen trato que ha tenido – gran parte de sus kilómetros han sido, con toda probabilidad, de autopista.
Mecánicamente el coche está en perfecto estado, y su motor Toyota de 1,8 litros y 192 CV funciona como un reloj. El coche ha pasado todas sus revisiones cuando lo marcaba el libro de revisiones, y además, en un concesionario oficial.
Fuente: autoforum | Van der Kooi