El Lotus Elise fue el coche que salvó de la quiebra, y de la desaparición, a Lotus. A principios de los años noventa tenían una gama de productos anticuada, anacrónica y de atractivo decreciente. Su breve idilio con General Motors no sirvió de mucho, y fue vendida a un fondo de inversión. El Lotus Elise fue el primer producto de aquella nueva Lotus. En 2021 terminó para siempre la producción de los Lotus Elise, Evora y Exige, reemplazados en su conjunto por el Lotus Emira. Ahora, sale a subasta en Piqars uno de los últimos Elise producidos.
Para despedirse de los Lotus Elise, la marca de Hethel lanzó en 2021 una edición limitada de despedida, llamada Final Edition. Estuvo disponible también en los Exige y Evora, y en el caso de los Lotus Elise contó con dos alternativas mecánicas. Estas dos versiones representan la cúspide de la evolución técnica de los 25 años del Lotus Elise, tanto a nivel de tren de rodaje como a nivel de motorizaciones – siendo los motores más potentes jamás montados en el más pequeño de Lotus.
Estamos hablando de los Lotus Elise Sport 240 y Elise Cup 250, uno de ellos más orientado a un uso mixto carretera-circuito, y otro, abiertamente orientado a los circuitos, pero matriculable. La unidad que sale a subasta es un Lotus Elise Sport 240 Final Edition, matriculado en agosto de 2021, y pintado en color Calypso Red. La unidad fue adquirida nueva a un concesionario alemán especializado en coches diferentes. El comprador quiso adquirirlo en España, pero de forma oficial, sólo una unidad de los Elise Final Edition fue destinada a nuestro país.
El vehículo se encuentra en un estado excepcional. Diría que en un estado de reestreno: no tiene ni siquiera 6.000 km y se vende con poco más de seis meses de edad. En este tiempo, el vehículo ha recibido un detallado en Shelter Garage (Madrid) y duerme en un garaje individual. Ha sido mimado al máximo, pero también ha recibido el uso recreativo para el que estos coches fueron destinados. Incluso vivió un viaje a Nürburgring. Como todos los Elise Sport 240, equipa un motor 1.8 de origen Toyota, sobrealimentado por compresor hasta los 240 CV.
La clave de estos coches está en su absoluta ligereza: solo pesa 922 kilos, lo que permite no solo un 0 a 100 km/h de 4,3 segundos, si no una dinámica absolutamente excepcional. En su experiencia de conducción no son necesarios cambios automáticos, frenos enormes o neumáticos de 285 mm de sección. Su ligereza hace innecesarios dichos elementos, además del enfoque absolutamente purista del vehículo. Es un coche muy pequeño, biplaza estricto, y muy poco práctico, pero ahí es donde creo que radica su encanto.
Los Final Edition cuentan con una placa identificativa, instrumentación digital, y el delicioso varillaje del cambio manual expuesto entre los asientos, como si de una obra de arte se tratase. La unidad está de estricta serie, a excepción de un escape Larini Clubsport, que da al coche un sonido más profundo, sin alterar su mecánica o su tren de rodaje. Como equipamiento extra, esta unidad monta el Black Pack, que tiñe de color negro mate algunas superficies exteriores, como la cubierta del capó o la moldura que rodea las ópticas traseras.
Esta unidad se encuentra en Asturias y está exclusivamente a la venta en Piqars. El que gane la subasta se llevará a casa no solo un deportivo excepcional, si no también un símbolo del resurgir de Lotus. El potencial de apreciación futura de esta edición final de despedida tampoco es en absoluto desdeñable.