La teoría dice que las Zonas de Bajas Emisiones entraron en vigor el día 1 de enero, la práctica… es otra cosa. Hay ciudades, eso sí, que han hecho los deberes a tiempo: Madrid es una de ellas. La capital de España cuenta, desde hace tiempo, con su propia ZBE y sus limitaciones no sólo están activas, sino que son progresías: desde 2023 los coches sin etiqueta medioambiental tienen prohibido circular por la M-30, pero no hay cámaras que controlen esta restricción.
Las primeras prohibiciones de circulación, reguladas en la Ordenanza de Movilidad Sostenible, se aplicaron a partir del 1 de enero de 2022: desde ese día, los vehículos de la categoría A (los que no tienen pegatina de la DGT) no pueden acceder al interior de la M-30. Hasta hace cuatro días sí podían circular por la vía de circunvalación, ahora las cosas han cambiado.
Nueva prohibición en 2023
Recordaba estos días Borja Carabante (delegado de Movilidad y Medio Ambiente) que en 2023 entraba en vigor la siguiente restricción: los coches sin distintivo ambiental no pueden, tampoco, moverse por la M-30.
Una prohibición que solamente afecta a los turismos: camiones, furgonetas, motocicletas y ciclomotores serán las excepciones de la norma hasta el 31 de diciembre de 2024. Tampoco están limitados los vehículos que, a 1 de enero de 2022, estuvieran domiciliados en Madrid en el Registro de Vehículos y estuvieran dados de alta en el Padrón del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) del ayuntamiento de la ciudad.
Sin cámaras
La vigilancia del acceso al interior de la M-30 se lleva a cabo a través de 111 dispositivos: a ellos se tenían que unir 44 cámaras, que no han llegado a tiempo y que deberían estar en todas las entradas a la vía de circunvalación. Tal y como recoge Somos Madrid (El Diario), Kapsch TrafficCom, la empresa a la que le han adjudicado el proyecto, tiene tres meses para instalarlas: a finales de marzo deberían estar funcionando, pero las multas (200 euros; 100 con pronto pago) serán una realidad en junio.
¿Qué ocurrirá hasta entonces? Borja Carabante ha explicado que agentes de movilidad harán “controles aleatorios” para garantizar el cumplimiento de las restricciones: no ha puntualizado ni el número de efectivos, ni dónde se llevarán a cabo estas comprobaciones. Cabe pensar que estarán en los accesos a la M-30 desde los barrios colindantes y desde otras vías. Son muchos los que consideran esta solución insuficiente para verificar que los coches sin etiqueta cumplen con las restricciones que pesan sobre ellos. No en vano, según Emesa, cada día se llevan a cabo, de media, 1.500.000 trayectos por esta vía.
Más limitaciones
Prohibir el acceso de los vehículos ‘A’ al interior de la M-30 y a la propia M-30 son las dos primeras fases de un plan que, progresivamente, aumentará las restricciones para los coches más contaminantes.
El 1 de enero de 2024 no podrán entrar y tampoco circular por las vías públicas urbanas de Madrid. Un año después, en 2025, esta prohibición se extenderá a los turismos domiciliados en la capital de España y que estén en el padrón del ayuntamiento. A partir de entonces, las limitaciones también afectarán a los vehículos incluidos en la exención: camiones, furgonetas, motocicletas y ciclomotores.