En el mundo de las preparaciones se cometen en ocasiones verdaderas locuras, siempre en aras de mejorar la estética y las prestaciones del coche de partida. A veces el resultado es tan refinado como espectacular – pienso en los restomod de empresas como Gunther Werks sobre el Porsche 993 – pero no son frecuentes los resultados cuestionables. Tanto a nivel estético como mecánico, la transformación del BMW M4 en el Mamba GT3 Street por parte de Hoffy Automobile es como mínimo… llamativa.
Para empezar, el coche lleva un kit de carrocería inspirado en el BMW M4 del DTM, así como el M4 de la categoría GTE de la FIA. De hecho, Hoffy Automobile afirma que es un kit de especificaciones DMT/GTE, fabricado en polímeros reforzados con fibra de carbono. Sus pasos de rueda están completamente ensanchados y sus paragolpes nada tienen que ver con los de serie. Incluso su calandra es diferente, por no hablar de su pintura en color cereza con lo que parece una serpiente plateada en su lateral.
El detalle más macarra es sin duda el tono rojo de sus ópticas de competición, ilegal en cualquier país y solo usado para estas fotografías oficiales. El capó también ha sido rediseñado, con una enorme joroba central que parece esconder una admisión modificada hasta el extremo. Por si esto fuera poco, el frontal está aderezado con LEDs adicionales y barras de refuerzo para el splitter delantero. Las llantas de garganta profunda y color negro tienen nada menos que 21 pulgadas, empleando neumáticos Pirelli.
En la parte trasera se ha instalado un gigantesco difusor en fibra de carbono – con la luz antiniebla en posición central y los escapes integrados en su estructura – y un spoiler del mismo material. Los pilotos traseros son OLED, idénticos a los del BMW M4 GTS. Pese a ser igual de agresiva que el resto del coche, su aspecto es más proporcionado y armónico que el frontal. En el interior también presenciamos una fuerte transformación con respecto al coche original, patente en sus asientos o molduras tapizadas en Alcantara.
Incluso el centro del volante está forrado en Alcantara, con el logotipo de la serpiente venenosa en él bordado, y también presenta en los respaldos. Dicho sea de paso, pienso que mezclar serpientes y coches solo es algo a la altura de Shelby American o el Dodge Viper. A nivel mecánico, es un coche con enormes modificaciones. Por ejemplo, su línea de escape es una Eisenmann GT Pro Race y su suspensión deportiva presenta coilovers completamente ajustables. Sus frenos también han sido actualizados.
El motor 3.0 TwinPower Turbo desarrolla ahora la friolera de 750 CV, gracias a modificaciones profundas en electrónica, turbos, admisión e inyectores – de lo contrario sería imposible llegar a dichos niveles de potencia. Su caja de cambios de doble embrague también ha sido reforzada para soportar su incremento de potencia. El fabricante no ha comunicado las mejoras prestacionales o el precio de esta preparación, que intuimos será elevado. Si tienes que preguntar… no es tu coche.
Fuente: Carscoops
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