Conocí a Manu Campa hace unos tres años, en una exposición y gracias a un buen amigo, en un showroom de bicicletas en la plaza de las Salesas, en un tranquilo rinconcito del centro de Madrid a sólo unos pocos minutos de su estudio en Malasaña. Entonces no eran los coches los protagonistas de su obra sino que las bicicletas eran las habitantes de aquellos cuadros, de aquella, si no me falla la memoria, tarde de finales de mayo. Tres años después si pensamos en arte y coches es fácil que el nombre de Manu Campa sea el primero que se cruce por nuestra mente y es que… ¿cómo no caer rendidos ante sus Porsche? Son las 9 de la mañana, Malasaña palpita con el ir y venir de las furgonetas de reparto y la silueta de Manu se dibuja a contraluz en una de las estrechas calles del barrio, hemos quedado para conocerle a fondo, para charlar sobre su obra, sobre su carrera, sobre el trabajo de pintor y sobre su Volkswagen Beetle… y traemos un vídeo bajo el brazo.
Disciplina y muchas horas de trabajo: huyendo del cliché bohemio del artista
La estampa de un clásico portal madrileño da paso a un luminoso estudio donde los lienzos pueblan cada pared con obras casi terminadas, cuadros listos para ser enviados y esbozos de próximos trabajos. El atril yace en estos primeros minutos vacío y mientras Juanma y yo preparamos el material de grabación, que si cámaras, que si trípode y grabadora… Manu revisa su agenda y el mail y como no podría ser de otra forma, estando entre “quemados”, la conversación se torna rápidamente hacia los coches, hacia algún que otro clásico…
Sobre el ordenador, en una repisa de madera, reposan varias maquetas entre las que destaca un Escarabajo negro y un Porsche 917 con los colores de Gulf y a unos pocos centímetros un montón de pinceles usados, paletas manchadas… en la libreta donde Manu apunta los encargos pendientes se atisba una larga lista de nombres y es que en los últimos meses los pedidos no paran de ir a más y a más y su obra no para de ganar adeptos fuera de nuestras fronteras, desde todos los puntos del globo.
Disciplina. Manu, antes de que empecemos a grabar, nos habla de la disciplina que requiere su trabajo, lejos de la bohemia vida que podemos imaginar al pensar en un pintor. Nos habla de horarios, de llegar pronto al estudio, de comer entre esas cuatro paredes para no perder el tiempo, de contestar pedidos, enviar obras, atendernos a aquellos que nos empeñamos en hablar de él en algún medio… y claro, pintar, pintar, pintar y pintar.
Su cuenta de Instargam, @ManuCampArt, se ha convertido en la mejor galería para su obra
Con su perfil de Instagram abierto en el ordenador (@ManuCampArt), enseñándonos algunos de sus últimos trabajos, nos habla de como las redes sociales se han convertido en el mejor escaparate par alcanzar a nuevos clientes de todo el mundo y tener un trato directo con ellos aunque estén a miles de kilómetros y mientras hace scroll entre sus fotos es inevitable no sentir curiosidad por aquellas en las que aparece acompañado por el célebre Magnus Walker. Manu es muy activo en Instagram, es fácil toparte con una publicación diaria encargada de trasladarte a ese trabajo diario de estudio a ese cuadro que va cobrando vida desde los primeros trazos generales a los últimos brillos de su carrocería.
Miami se ha convertido en el perfecto punto para avanzar internacionalmente y tras intercambiar unas impresiones sobre la relevancia de Miami (con Wynwood, con el Miami Art Basel…) en la escena artística norteamericana nos disponemos a grabar la entrevista. Juanma se parapeta sobre una de las cámaras, yo hago lo propio tras un folio cargado de preguntas y 3, 2, 1… ¡empezamos!
Los vivos colores de sus creaciones, con ese cuidado por el brillo, con ese atractivo toque pop, determinan el horizonte desenfocado de nuestra conversación, con un RUF, con un 914, con un M1… en cada palabra Manu hace evidente su pasión por los coches y el hecho de que ama lo que hace. Se nota, además, que se siente cómodo ante la cámara, es consciente de la dinámica que requiere un rodaje y hace fácil lo de trabajar con él.
Tras su formación en Bellas Artes Manu Campa se ha esforzado en hacer rentable su obra, yendo paso a paso desde las obras que le resultaban «fáciles» de vender hasta las que el quería hacer… y a las que también le ha encontrado un gran número de clientes por todo el mundo
Como nos ocurrió a todos los que sentimos devoción por esta nuestra pasión, por esto de los coches, Manu sintió la llamada de la gasolina desde pequeño, desde esas primeras maquetas… lo que maridado con un entorno familiar donde la pintura y la creación estaba presente y una posterior carrera de bellas artes ha dado lugar a esa fantástica obra que hoy nos sirve de excusa para entrevistarle y que como mencionábamos en las primeras líneas de este artículo estaba protagonizada en sus primeros compases por bicicletas clásicas (su otra pasión) así como algún que otro paisaje urbano, de la Gran Vía, de Malasaña…
“Empecé vendiendo muchos retratos y cuadros que yo veía que era capaz de vender”… Desde que Manu terminó la carrera de Bellas Artes ha luchado por hacer de su obra un trabajo rentable, teniendo bien presente que la carrera del artista es muy larga y que hay que abordarla poco a poco, buscando esas creaciones que pueden asegurarte en primera instancia vivir de tu trabajo para más tarde poderte volcar al 100% con aquello que realmente te gusta.
Sus clientes, como no podía ser de otra forma, son en su mayoría auténticos apasionados del motor, muchos de ellos coleccionistas tanto de coches como de arte y que suelen, más que comprar alguna de las obras ya creadas de Manu, encargar cuadros de sus propios coches.
Manu tiene en su garaje un precioso Volkswagen Beetle de 1953
“¿Y tu coche favorito Manu?” Es fácil pensar, a juzgar por su obra, que el pintor nos va a soltar rápidamente alguna versión especial de algún Porsche 911 clásico, no sé, un 911 R de 1967, un Clubsport, el espectacular 911 RS 2.7… pero Manu nos responde con un “el coche de los sueños de cada uno va cambiando en cada etapa… pero yo siempre tenía en mente un Escarabajo clásico” y claro, la conversación vira en dirección a ese precioso Volkswagen Beetle que Manu tiene en su garaje, una unidad negra de 1953 bastante especial si tenemos en cuenta que luce esa doble ventana posterior, un rasgo que delata a este Escarabajo como un “Zwitter”. Esos tapacubos cromados a juego con sus paragolpes, el exquisito sonido de su motor bóxer, el castillo de Wolfsburg presidiendo el volante… y como nos pasa a todos los que tenemos un clásico en el garaje con mil cosas aún pendientes de restaurar.
Con la batería de preguntas sentenciada trasladamos las cámaras a las calles. Es la hora de filmar al Escarabajo y aprovechando el importante nexo de Manu con el barrio elegimos Malasaña como escenario. Inevitablemente cada viandante que se cruza en el camino del Beetle gira la cabeza y cada vez que paramos nos encontramos con alguien desenfundando el móvil o preguntándole a Manu por el coche. El propio Manu es quien desenfunda en varias ocasiones el móvil para sacarle alguna que otra foto, para colgarlo en alguna publicación de Instagram y es fácil sentirse identificado al verle embobado mirando su coche.
¿Qué hay de la suerte en el éxito?
Un poco de comida mexicana y una animada charla sobre coches, sobre colecciones privadas que quitan el hipo y sobre la relevancia que está adquiriendo su obra fuera de nuestras fronteras, ponen un punto y aparte a la jornada que ya casi sabe a punto y final. Aún queda algún plano rápido por sacar, recoger todo el material…
“¿Crees en la suerte Manu? ¿Cuánto crees que puede haber de suerte en el éxito?” Como hemos visto la disciplina, el avanzar paso a paso, esa proyección de su trabajo apoyándose en las redes sociales, son conceptos que están muy presentes en su día a día, en su trabajo como pintor, en su arte y Manu culmina la charla en su estudio con una idea que huye de esa recurrente frase sobre que la suerte no existe, un “no es fácil triunfar si has tenido mala suerte en la vida”… atribuyéndoles a aquellos que inicialmente creyeron en su obra el factor suerte para seguidamente apoyarse en el trabajo duro y en el talento como ingredientes fundamentales en una carrera de éxito.
La carrera hacia el éxito, con Manu Campa:
¡Hora de darle al play! No te pierdas nuestra entrevista a Manu Campa en vídeo: