Corrían los años ochenta. Y la compañía fundada por Amar G. Bose en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y más conocida por su apellido, y por la excelencia alcanzada en sus equipos de sonido, dedicó años de trabajo y millones en inversiones para crear un invento revolucionario que cambiaría por completo a la industria del automóvil.
Las suspensiones mágicas electro-mecánicas
CNET sería testigo de aquella hazaña elaborando un reportaje en vídeo que probablemente ya conozcas, comprobando con dos Lexus, precisamente en la imagen que ilustra esta entrada, cómo podían conseguir que estas suspensiones permitieran eliminar virtualmente las irregularidades del asfalto. Una auténtica alfombra voladora que impedía los desplazamientos de carrocería derivados de los baches y las irregularidades del terreno, y en una maniobra aún más espectacular veríamos cómo estas suspensiones permitían, literalmente, que el coche saltase. Y todo ello gracias a un sistema de suspensiones innovador que empleaba actuadores eléctricos.
Por desgracia, el invento de Bose no solo no revolucionaría la industria, sino que jamás llegaría a alcanzar aplicaciones comerciales. Su complejidad y su coste harían que este proyecto fuera inviable. En cualquier caso, no son pocos los ingenieros que quedarían prendados y serían inspirados durante décadas por el sistema Bose.
El sistema de suspensiones electro-mecánicas Marelli
Año 2024. Y aunque en el mercado ya hemos asistido a la llegada de sistemas de suspensiones cada vez más efectivos, y con sistemas activos que controlan el balanceo de la carrocería y los rebotes, probablemente ninguno de ellos haya llegado a ser tan sofisticado como el que Bose diseñó a mediados de los años ochenta. Pero insistimos en que probablemente todos ellos sí se hayan inspirado, de alguna forma, en la idea propuesta por Bose.
El mejor ejemplo lo encontramos en un nuevo sistema diseñado por Marelli que, aparentemente, y tal y como nos cuentan nuestros colegas de Motor.es remplazaría el esquema habitual de muelle y amortiguador por un conjunto de actuador electromecánico y una centralita que, según cuenta la compañía italiana en su nota de prensa:
- No requiere aceite y recupera energía y la emplea para el accionamiento del actuador con un circuito de 48 voltios, siendo un 80% más eficiente que cualquier sistema de suspensiones pasivas o semi-activas y ocupando menos espacio.
- El actuador funciona en base a múltiples señales del sensorizado del automóvil, desde la aceleración, el giro del volante, la presión sobre el pedal del freno, o incluso respecto a otros parámetros.
- El control del actuador electro-mecánico y su accionamiento no solo permitiría mejorar el confort absorbiendo con mayor efectividad y precisión las irregularidades del terreno, sino también permitir un elevado grado de personalización del rendimiento de las suspensiones, por ejemplo para buscar una experiencia más confortable o deportiva.
De momento, Marelli no ha dado más detalles al respecto de la industrialización de este sistema y aún menos de posibles clientes que puedan recurrir al sistema de suspensiones electromecánico.