Aunque suene poco creíble fabricar coches no siempre es un negocio rentable, por lo menos no siempre, sin embargo hoy nos vamos a centrar en el otro lado de la balanza para descubrir una interesante sorpresa. Hoy descubrimos cuáles son los coches más rentables de la industria del automóvil, dos deportivos sobradamente conocidos como el Porsche 911 y el Ferrari F8 Tributo que se han convertido en auténticas fábricas de dinero al conseguir alcanzar un margen de beneficio de hasta el 50%.
Porsche 911
Si existe un secreto guardado con gran celo por todo fabricante automovilístico, ese es sin duda el coste real de producir un determinado modelo. Aún así, Bloomberg se ha puesto manos a la obra para realizar un cálculo del beneficio arrojado por alguno de los modelos más importantes lanzados en 2018, un cálculo que ha descubierto grandes sorpresas si tenemos en cuanto el dinero conseguido tanto como modelo individual, como producto dentro de un volumen global de facturación.
De este modo descubrimos que el Ferrari F8 Tributo es el rey indiscutible en términos de beneficio individual al conseguir un margen del 50%, convirtiéndose así en un producto sumamente rentable con mucha trayectoria aún en el mercado. Pero muy cerca del deportivo de Ferrari nos encontramos con otro coche muy rentable, el nuevo Porsche 911 con un margen de beneficio del 47%. Pero hay un detalle que debemos tener en cuenta, y es que mientras el F8 Tributo con 4.000 coches al año supone el 17% del beneficio de Ferrari en su división automovilística (300 millones), el Porsche 911 con 38.750 coches es responsable del 29% del beneficio de Porsche con 2.240 millones de euros.
En el caso de Ferrari el beneficio arrojado por la venta de coches se reparte muchísimo más, siendo importante descatar cómo la marca no para de expandir sus productos más rentables – aunque de menor repercusión en facturación global – como son los Special Projects o los nuevos Icona Ferrari.
Si nos centramos en el caso del Porsche 911 nos encontramos además con un modelo que pese a no ser el más vendido de la gama Porsche – el grueso del negocio se lo llevan Macan y Cayenne -, atesora la fórmula perfecta para multiplicar los beneficios con cada nueva versión que llega al mercado. Una prueba muy clara de esta idea la encontramos en la apuesta de Porsche por expandir la gama 911 a través de una gran cantidad de versiones, a cuál más exclusiva y costosa, destacando sobremanera las versiones GT que pese a suponer un aumento de costes frente a los 911 básicos, elevan de forma considerable el beneficio con precios muy superiores al resto de variantes.