Hace unos días RACE, en colaboración con Goodyear, publicó un informe en el que se llegó a la conclusión que más de un millón y medio de vehículos circulan por nuestras carreteras con defectos muy graves en sus neumáticos, algunos de ellos fácilmente evitables, otros que directamente suponen un suspenso en la ITV, y todos ellos peligrosos para la conducción.
Para llegar a estas conclusiones se han recopilado los datos de aproximadamente un millón de inspecciones que se llevaron a cabo en las estaciones ITV de TÜV SÜD ATISAE, los cuales fueron extrapolados al parque móvil español. Así pues, fueron los turismos los vehículos que mayores carencias presentan porcentualmente con un 5,2 %, seguidos de las furgonetas (4,9 %) y siendo las motocicletas (2 %) las que menos.
Centrándonos en los turismos, el 52 % de los defectos se deben a un desgaste irregular excesivo en la banda de rodadura, el 16 % a defectos de estado (cortes, deformaciones, ampollas..) y el 14 % a un desgaste inferior a los 1,6 mm que marca la legislación. En base a estas estadísticas, más de la mitad de esas deficiencias pueden evitarse simplemente, pues con sólo comprobar las presiones de los neumáticos un par de veces al mes es suficiente para que no se produzca un desgaste irregular ni aumente el consumo de combustible. Igualmente, tras sustituir un juego o pareja, o tras sufrir un bordillazo, es recomendable comprobar que los ángulos de la dirección son los correctos por medio de una alineación.
Cabe mencionar además que, aunque el límite legal para poder circular se sitúa en una profundidad de 1,6 mm, es recomendable sustituir los neumáticos cuando descienda de 3 mm, colocando el nuevo juego en el eje trasero, ya que en el delantero, al contar en él con la dirección, es posible «compensar» la falta de adherencia. En este mismo sentido cabe mencionar que aunque los neumáticos no tienen fecha de caducidad como tal, sí que pierden propiedades con el paso del tiempo, por lo que es no deberías conservarlos si tienen más de unos cinco años, seis máximo siendo muy generosos.
Poniendo el foco en las motocicletas y los ciclomotores, presentan una distribución de defectos en sus neumáticos muy similares, siendo los más extendidos montar unos neumáticos con características y/o dimensiones incorrectas acorde a lo especificado en la Ficha Técnica, así como un desgaste irregular. Respecto al primer problema, la solución es simple, pues pasa por equipar unos neumáticos adecuados, cuyas dimensiones son con las que el fabricante ha diseñado la motocicleta, y en el segundo caso las medidas aplicadas a los turismo son igualmente válidas.
No obstante, llegados a este punto es necesario hacer un inciso, y es que en el caso de las motocicletas (y ciclomotores) no existe una profundidad mínima del dibujo, pudiendo circular legalmente siempre que conserven las ranuras principales del mismo. Sin embargo, aplicando el sentido común en pos de la seguridad, es conveniente no llegar a ese extremo y sustituirlos cuando alcancen los testigos de desgaste de los mismos, o a lo sumo, no dejar que esa profundidad sea inferior a un milímetro aproximadamente.
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Fuente: RACE