Cuando pensamos en un fabricante de SUV premium, pensamos en Porsche, BMW o Audi. Pensamos en coches como el BMW X3, el Porsche Macan o el Audi Q5. Algunos piensan en Volvo o Lexus, pero muy pocos piensan en Maserati. La histórica marca italiana nos acaba de presentar su producto más importante hasta la fecha. Un escultural SUV llamado Maserati Grecale. Un exclusivo SUV deportivo que ya nos ha entrado por los ojos, y que nace con el objetivo de destronar a pesos tan pesados como el Porsche Macan en su propio terreno. En este vídeo vamos a descubrir el Maserati Grecale 2022, y vamos a ver si es capaz de destronar a sus rivales alemanes.
¿Entra por los ojos el Maserati Grecale?
Vamos a dejarlo claro. El Maserati Grecale es un coche que causa una gran primera impresión. Su enorme calandra con el tridente acapara todas las miradas, y sus formas musculosas llaman la atención, especialmente en su versión Trofeo o su peculiar versión Folgore. Sin embargo, más allá de esta primera impresión, echamos de menos unas ópticas frontales con más personalidad o una zaga con un diseño más único. Maserati no ha arriesgado en exceso en su diseño, queriendo contentar a una gran parte del público, pero sacrificando algo de la personalidad que sí tienen otros vehículos de la marca.
Maserati Grecale
Al menos, sí hay que reconocer que sus colores son de lo más variado, y que el programa de personalización Fuoriserie es capaz de hacer viguerías, tanto por dentro, como por fuera del coche. A nivel de dimensiones, este SUV mide 4,85 metros. Es solo 15 cm más corto que el Maserati Levante, y es algo más largo que rivales directos como el BMW X3 o el Mercedes GLC.
Así es el interior del Maserati Grecale
Me gusta la primera impresión que el habitáculo del Maserati Grecale causa. La impresión es de una elevada calidad percibida, y aunque se siente tecnológico y puntero, también se respira tradición y un cierto aura tecnológica. Las calidades convencen: plásticos blandos y muchas superficies tapizadas en cuero natural son la tónica común, además de madera de poro abierto o fibra de carbono sin barnizar. Nuestra única queja en este aspecto se centra en los plásticos «negro piano», presentes en la consola central y volante.
Estos plásticos se ensucian y rayan fácilmente, y el mayor error, en mi opinión, es usarlos en los botones selectores del cambio, ubicados entre las dos pantallas de la consola central. Sobre la consola central se encuentra un reloj digital, con una curiosa pantalla redonda y un aspecto muy cuidado. Este reloj tiene tres diferentes skins, y además, su pantalla puede mostrarnos una brújula, un potenciómetro o un medidor de fuerzas G, además de otras animaciones. Me parece un detalle realmente especial.
La instrumentación digital tiene buenas posibilidades de personalización, permite ver el mapa del navegador a pantalla completa y presenta mucha información. Esta pantalla de 12,3” tiene buena resolución y visibilidad, y se complementa con un Head-Up Display. La pantalla del sistema de infoentretenimiento es de corte ultrapanorámico y tiene también 12,3”, prescindiendo, desafortunadamente, de todo mando físico.
El sistema operativo del sistema de infotainment del Grecale es Android Automotive y su funcionamiento es suave e intuitivo, a excepción de la navegación integrada, de mapas toscos y poca fluidez. Un asistente personal responderá a nuestras preguntas de forma natural y el sistema se actualiza de forma inalámbrica, gracias a estar constantemente conectado a internet. Por último, podemos acceder a información del vehículo mediante una app para móviles y cuenta con conexión con los asistentes de Google Home o Alexa de nuestro domicilio.
Si tenemos que ponerle un pero a este interior, ese pero está en su climatizador. Es una pantalla táctil de 8,8” que nos obliga a apartar la vista de la carretera para poder ajustar la temperatura u otros detalles del apartado de confort del vehículo. Curiosa es también la posición de los botones selectores del cambio de marchas, situados entre ambas pantallas centrales. Personalmente, hubiera preferido una palanca elegante en una posición más convencional.
Las plazas traseras del Grecale tienen un acceso cómodo y son amplias en todas sus cotas, a excepción del espacio para la cabeza, donde para un pasajero de 1,83 metros, la cabeza nos rozará el tapizado del techo. El maletero del Maserati Grecale tiene 535 litros de volumen en sus versiones mild-hybrid, y 570 litros en las versiones Trofeo, que no cuentan con una batería auxiliar bajo el piso de carga. Es un maletero de volumen mayor que el de la mayor parte de sus rivales.
Tiene formas muy regulares, boca ancha y detalles prácticos interesantes, como raíles para estibar la carga, o la posibilidad de abatir los asientos desde la propia boca del maletero.
Al volante de una de las referencias dinámicas del segmento
Antes de entrar en harina, tengo que deciros que estamos probando la versión Trofeo. Es la versión más potente de la gama, que en gasolina cuenta con dos mecánicas microhíbridas de 300 CV y 330 CV, con mecánicas de cuatro cilindros y dos litros. El tope de gama, de momento, lo marca la versión Trofeo, cuyo motor 3.0 V6, conocido como Nettuno, es compartido con el Maserati MC20. De este motor ya os hablaremos en detalle un poco más adelante.
A mayores, en 2023, llegará al mercado el Maserati Grecale Folgore, una versión 100% eléctrica del Grecale. Su batería de 105 kWh promete más de 500 km de autonomía, y no se quedará corto a nivel de potencia: tendrá más de 800 Nm de par motor, y se espera una potencia superior a 500 CV. Además, las llantas y calandra específicas de esta versión del Grecale me parecen una locura – una locura de las que nos gustan.
Por cierto, su nombre, Grecale hace referencia a un viento mediterráneo de componente norte. Maserati ha usado históricamente nombres de vientos para muchos de sus modelos, como es el caso del Ghibli, Mistral, Bora, Merak o Levante. Pero bueno, basta de cháchara, porque hemos venido a averiguar si este SUV está a la altura dinámica de un Porsche Macan o un BMW X3. Y tengo que deciros que no puedo afirmarlo sin ningún lugar a dudas, ya que la ruta de conducción no ha pasado por zonas verdaderamente reviradas.
Pero sí veo atisbos, destellos, de cosas que me gustan mucho. Me explico. Para empezar, es un coche construido sobre la plataforma Giorgio de Alfa Romeo. Es decir, comparte bastidor con el Alfa Romeo Giulia y el Stelvio, dos de los vehículos con mejor tacto de conducción de sus respectivas categorías. La plataforma Giorgio ha sido evolucionada y puesta a punto por Maserati. Me gusta mucho la postura de conducción, natural, cercana al suelo y que me hace sentir en conexión con la máquina.
Obviamente no es la de un Maserati Quattroporte, pero para ser un SUV, no resulta elevada. En segundo lugar, tenemos una dirección muy directa, que sigue nuestros dictados al pie de la letra, y que nos dice todo lo que está pasando bajo las ruedas. Creo que esta dirección está al nivel de la dirección de todo un Porsche Macan.
Pero los dos protagonistas de la película son el motor y la puesta a punto de su chasis. Su motor tiene un sonido agresivo y rasgado, se estira por encima de las 7.000 rpm y su carácter es bastante similar al de un motor atmosférico. Permite un 0 a 100 km/h de solo 3,8 segundos, asociado a un cambio automático de ocho relaciones y convertidor de par. La suspensión neumática es de serie en los Trofeo y opcional en las versiones GT y Modena. Es regulable tanto en altura como en dureza.
En altura, hay 65 mm de diferencia entre la posición superior y la inferior. Aunque no pude disfrutar de una carretera revirada como Dios manda en esta presentación, sí pude comprobar el viraje plano del Grecale Trofeo y el equilibrio de su bastidor, que camufla a la perfección un peso superior a las dos toneladas. Lo que hemos podido experimentar nos ha gustado, pero tendremos que esperar a una prueba en profundidad para sacar conclusiones dinámicas más precisas. Con todo, si yo me llamase Porsche Macan, comenzaría a preocuparme.
Conclusiones
Quien se gasta 100.000 euros en un SUV mediano no hace una compra estrictamente lógica. Este prototipo de cliente valora el diseño y la tecnología, pero al mismo tiempo, quiere impresionar, ser diferente, y ser exclusivo. El Maserati Grecale cumple con creces en todos los frentes: es bonito, está construido fantásticamente bien, su tecnología está al nivel de lo esperado y además, creo que tiene una dinámica tan buena como la de un Macan, la referencia del segmento en cuanto a dinamismo.
¿Es un coche perfecto? No, ningún coche lo es. Su diseño podría haber tenido algo más de personalidad, hay alguna sombra en lo tocante a ergonomía y calidades interiores, nos faltan motores diésel o mecánicas enchufables, y la marca arrastra, de forma inmerecida, una reputación dudosa en lo tocante a calidad y fiabilidad. Estos argumentos no deberían hacernos descartar su compra, pero también hemos de reconocer que el Grecale compite en uno de los segmentos más complicados del mercado. El tiempo dirá si su público consigue ver más allá de sus prejuicios, y sabe apreciar un producto diferente y exclusivo, construido con cariño y con un tacto de conducción excelente.
El Maserati Grecale llegará al mercado a partir de junio. Sus precios para España ya han sido anunciados y el coche ya se puede encargar: arrancan en 81.050 euros para la versión GT de 300 CV, y se disparan hasta los casi 130.000 euros del atómico Grecale Trofeo. Son precios prácticamente al nivel de las versiones equivalentes de sus rivales, y por cierto, son unos 12.000 euros inferiores a los precios de acceso del Maserati Levante. ¿Canibalizará el Grecale ventas del Levante? En Maserati esperan que robe algunas ventas a su hermano mayor, pero el grueso, serán ventas de conquista, procedentes de otras marcas. Esperan que el Grecale, en poco tiempo, acumule el 40% de las ventas de Maserati.