Corría el año 1900 cuando, en España, se matriculó el primer coche: más de cien años después (concretamente 122), el ‘DNI’ de nuestros vehículos apenas ha cambiado. Con el paso del tiempo sí se ha modificado su diseño, pero siempre ha estado formado por letras y números. ¿Qué pasará cuando este formato llegue a su fin? Las previsiones apuntan a que esto ocurrirá dentro de más de 30 años y entonces habrá que ver en qué escenario nos encontramos. Hay algo seguro: hoy en día, las matrículas QR “no están sobre la mesa de la DGT”. Así nos lo han confirmado desde Tráfico.
El pasado mes de septiembre se pasó de la matrícula 9999 LZZ a la 0000 MBB. Un movimiento normal por el orden cronológico que se sigue, pero especial: con ese cambio se alcanzaba el ecuador de este formato (cuatro cifras y tres consonantes). Las previsiones no tardaron en llegar: si se ha tardado 22 años, todo apunta a que veremos la matrícula 9999 ZZZ en 2053. ¿Qué ocurrirá entonces?
“No es un tema de urgencia”
El Correo apuntaba que la Dirección General de Tráfico ya se había puesto manos a la obra investigando las fórmulas adaptadas en países como Alemania, Francia, Italia y China. Apuntaban, además, que el relevo lo podría tomar una matrícula personalizada o una formada por una chapa física equipada con un microchip o un código QR: de esta forma, además de los datos actuales (vigencia del seguro obligatorio y la ITV) podría incluir información adicional como la fecha de matriculación, la etiqueta medioambiental, número de siniestros…
En Diariomotor nos hemos puesto en contacto con la Dirección General de Tráfico para preguntarles sobre las matrículas con código QR y desde Prensa nos han confirmado que “no están sobre la mesa de la DGT. Colpisa hizo un tema sobre a dónde podría dirigirse el futuro, pero por nuestra parte no hay nada. Quién sabe si dentro de 30 años seguirán existiendo los códigos QR o si tendremos coches voladores en las calles”. Añaden que, por ahora, no es un tema “de urgencia” para Tráfico, aunque reconocen que sí han echado un vistazo a los formatos y opciones que hay en otros países.
La normativa europea sobre matrículas
Cambiar las matrículas no es fácil y tampoco es un asunto exclusivo de la DGT: Bruselas tiene voz y voto en este tema. Los coches matriculados en España siguen el formato común de la Unión Europea, es decir, una placa de metal o metacrilato que, en el extremo izquierdo, tiene una banda azul (la conocida como eurobanda) con el círculo de estrellas de la bandera europea y el código de país: en nuestro caso la E.
Así lo estableció el Consejo de Regulación (EC) Nº 2411/98 del 3 de noviembre de 1998. Este formato, además, cumple con los requisitos de la Convención de Viena sobre el tráfico en carreteras: los vehículos que crucen una frontera tienen que mostrar el código distintivo del país del que proceden en la parte trasera del vehículo.
Los modelos más antiguos carecen de eurobanda y, en su lugar, llevan una pegatina ajena a la matrícula en forma ovalada o incluida en la propia placa. Este modelo, adoptado en el año 2000, está inspirado en el que usaban Irlanda (1991), Portugal (1992) y Alemania (1994) y mide 520 x 110 mm o 520 x 120 mm, aunque algunos estados usan otras medidas.
Las matrículas españolas
Como apuntábamos antes, las matrículas llegaron a España en 1900 y desde entonces poco han cambiado las cosas: los vehículos patrios siempre han lucido placas blancas con números negros. Hasta ahora, hemos tenido tres formatos diferentes:
- Provincial numérico (1900-1971): formado por hasta seis cifras acompañadas de una, dos o tres letras.
- Provincial alfanumérico (1971-2000): cuatro cifras acompañadas de dos letras iniciales (las que indicaban la provincia donde se había matriculado el vehículo) y una final, que, posteriormente, fueron dos cuando se llegó a la 9999 Z.
- Alfanumérico nacional (2000-Actualidad): cuatro cifras y tres consonantes porque las vocales están excluidas. Es el formato actual y permite tener hasta 80 millones de matrículas diferentes.
Las matrículas personalizadas en España
En España, cada matrícula va asociadas al vehículo y es intransferible: nunca se han permitido las personalizadas. En su momento, nuestro compañero Sergio nos habló en primera persona del formato existente en Estados Unidos (allí por 150-200 euros se pueden customizar a gusto del conductor) y planteaba una pregunta: ¿serían una buena idea en España?
Aunque precisaría de cierta adaptación por parte de las administraciones públicas y de los sistemas informáticos de tráfico, lo cierto es que sí. Las operaciones de personalización de las matrículas estarían gravadas por Hacienda, es decir, las arcas públicas obtendrían ingresos con cada una de ellas y todas las transacciones quedarían registradas en Tráfico permitiendo, así, una trazabilidad de la edad y número de dueños del vehículo.
Las matrículas digitales
La última novedad en torno a las matrículas son las digitales aunque, por ahora, sólo son legales en EEUU: están formadas por una pantalla monocromática y con tinta electrónica (como la de los eBooks) se da forma a la matrícula. Cuando el vehículo está en movimiento es lo único que se muestra: únicamente cuando está aparcado es posible personalizar el mensaje.
Están protegidas por una superficie que es seis veces más resistente que el cristal convencional: resiste, sin problema, a impactos de diversa consideración y a las inclemencias meteorológicas. Su batería tiene una duración estimada de unos cinco años, cuentan, además, con un sistema de geolocalización y tienen una conexión constante (y encriptada) con la nube.