Ya ha llovido desde que en 2011 se presentase el Mazda CX-5. Por aquel entonces, Mazda iba encaminada a una revolución en todos los sentidos, que transformaría la estética de sus coches, apostando por líneas atrevidas, modernas e innovadoras. Una revolución que sorprendería a propios y extraños con su oferta de motores, apostando por mecánicas irreverentes, por motores de gran cilindrada y relaciones de compresión inéditas, motores de gasolina atmosféricos y diésel menos dependientes del turbo. Una modernización que también se plasmaría en la llegada de nuevos sistemas de entretenimiento y un buen despliegue de ayudas a la conducción. Tan completa y avanzada fue aquella revolución, que a día de hoy es probable que Mazda no necesite presentar grandes avances para seguir estando en una posición altamente competitiva para sus rivales. Así las cosas, ¿cómo podría mejorar el Mazda CX-5 en esta su segunda generación para seguir siendo uno de los modelos más recomendables de su categoría?
Las cifras del Mazda CX-5: el best-seller de Mazda
El Mazda CX-5 es un producto muy importante para Mazda. Este SUV compacto ha vendido más de 260.000 unidades en Europa y se ha mantenido en la cresta de la ola hasta la llegada del relevo generacional, que ya hemos estado probando estos días. La prueba está en que en 2016 se vendieron nada más y nada menos que 56.000 unidades. Este año, Mazda venderá en España en torno a 19.000 coches, frente a los 5.797 que se vendieron en 2013. Y eso es mérito del Mazda CX-5, y de su hermano pequeño el Mazda CX-3. ¿Sabías que más de la mitad de los coches nuevos que matricula Mazda en España son SUV?
Mazda CX-5
Con este panorama, el Mazda CX-5 llegaba al fin de su vida comercial, en los plazos que habitualmente se renueva un turismo. Y ante la incertidumbre, Mazda ha optado por mejorar su coche en todos los aspectos, lo cual hará que sea un producto aún más competitivo, sin abogar por ninguna revolución, porque en este caso no era necesario.
1. Un Mazda CX-5 con un diseño moderno
Uno de los aspectos en los que se aprecia mejor la esencia de este relevo generacional lo encontramos en su estética. La estética por la que apostó Mazda con su última generación de productos sigue presente en este nuevo Mazda CX-5, esos trazos firmes, esa parrilla generosa y esa filosofía que comercialmente Mazda denomina como KODO. Sus dimensiones apenas han cambiado. Tenemos un SUV de dimensiones compactas, con 4,55 metros de longitud (+1 centímetro) y 1,68 metros de altura (-3,5 centímetros). Sus vías han crecido levemente y su batalla sigue siendo de 2,7 metros.
En cualquier caso, un vistazo al Mazda CX-5 te bastará para percibir que ha habido cambios. Su parrilla ha crecido, extendiéndose hasta unos faros más achinados, gracias a su tecnología LED que, entre otras cosas, permite ofrecer funcionalidad de iluminación adaptativa.
El tono que se ha escogido para el coche que hemos probado es el nuevo acabado Soul Red Crystal, una evolución del Soul Red Premium Metallic que se estrenó con la última generación de productos, más trabajado, que según Mazda goza de un 20% más de brillo y un 50% más de profundidad. Y aunque probablemente estas fotos no le hagan justicia, ya os adelantamos que visualmente, en persona, es un color realmente llamativo y atractivo.
2. Mejorando la dinámica del Mazda CX-5
El Mazda CX-5 de la anterior generación ya era un coche ágil y agradable de conducir, de esos que ofrecen un compromiso entre estabilidad y confort adecuado, con una dirección que además te da confianza para entrar en una curva un pelín rápido sin sustos, marcando perfectamente el giro sin tener que rectificar.
En este nuevo Mazda CX-5 esa sensación sigue presente. Mazda nos cuenta que ha habido numerosos refuerzos en el chasis y la carrocería, que consiguen que su rigidez torsional aumente un 15%. La dirección, efectivamente, se aprecia algo más comunicativa, y su respuesta es más rápida, además de ofrecer un tacto más agradable, la rigidez justa para maniobrar con precisión.
Aunque lo mejor tal vez sea el perfeccionamiento de este Mazda CX-5 en pos del confort.
3. Mejorando el confort del Mazda CX-5
Nos contaba Mazda que han trabajado, sobre todo, la aerodinámica, el refinamiento de los motores, y el aislamiento acústico. Y eso sí que es una mejora que se percibe rápidamente al conducir este Mazda CX-5. El aislamiento del exterior consigue que los ruidos a bordo se atenúen significativamente, alcanzando cotas que están más próximas a las de sus rivales alemanes, que a las de los generalistas que copan el top de los más vendidos en su categoría.
Ese detalle se aprecia especialmente en el diésel. Mazda nos contaba que han trabajado para atenuar los ruidos indeseables del SKYACTIV-D de 2.2 litros, que por su naturaleza diésel siempre va a tener una sonoridad mayor que sus homólogos de gasolina, en determinadas frecuencias. Para el que busque el máximo confort, seguiríamos recomendando las alternativas de gasolina. Aún así es cierto que ahora el sonido del motor se ha atenuado en el habitáculo.
4. ¿Qué mejoras encontramos en los motores del Mazda CX-5?
La gama de motores sigue siendo la misma. El más accesible es un 2.0 SKYACTIV-G de gasolina y sin turbo, que con 165 CV de potencia cumple con creces con nuestras expectativas. Es un motor agradable, silencioso, entretenido en tanto nos permite disfrutar de cada marcha estirándolo hasta la zona roja del cuentarrevoluciones. Pero también un motor que, en estos días en los que el estándar es el del motor de gasolina con turbo, exige que juguemos con el cambio, y que lo mantengamos a un ritmo alegre para desarrollar todas sus prestaciones.
Y esto es sobre todo importante si optamos por la combinación de tracción total, cambio automático y motor 2.0 SKYACTIV-G de 160 CV (con tracción total su potencia se reduce muy levemente). Porque con esa potencia, el lastre de la tracción total, y los desarrollos del cambio automático, es evidente que no nos encontraremos con unas prestaciones brillantes y la idea de optar por el motor más potente de la gama debería tenerse muy en cuenta.
La gama Mazda CX-5 la cierra un motor 2.5 SKYACTIV-G de 194 CV de potencia que, de momento, solo estará disponible combinado con cambio automático y tracción total. Este motor se ha perfeccionado incorporando un sistema de desconexión automática de cilindros, una tecnología que ya hemos visto en otros modelos, y otros fabricantes, que ayuda a ahorrar combustible, y reducir pérdidas por arrastre, en situaciones de baja carga, por ejemplo circulando a velocidades legales de crucero.
En cuanto al diésel, el Mazda CX-5 está disponible con el motor 2.2 SKYACTIV-D y dos niveles de potencia, 150 CV y 175 CV. El de 150 CV es más que suficiente para aquel que no aspire a gozar de unas grandes prestaciones, pero sí de las suficientes para moverse con seguridad. Como sucedía con su predecesor, este diésel sigue siendo uno de nuestros favoritos. Y lo es, porque Mazda ha optado por un diésel con unos consumos similares a los de su competencia, que gracias a su mayor cilindrada es menos dependiente del turbo.
En la práctica, esto se traduce en un motor agradable y progresivo, que además puede estirarse un poquito más hasta la zona roja del cuentarrevoluciones sin que se agote rápido, como suele suceder con motores diésel de potencia similar y cilindrada inferior.
Mazda está tan convencida de que su diésel es uno de los mejores del mercado, en todos los aspectos, que incluso ha apostado con fuerza por él en mercados tan poco acostumbrados al gasóleo como Japón y Estados Unidos. Y no les ha ido nada mal…
5. Más calidad percibida a bordo
A bordo sí que hemos apreciado cambios notables. Sigue siendo un coche con buenos ajustes, pero con un aspecto que contribuye a que la calidad percibida mejore, empleando algunos materiales mullidos en el salpicadero, y un diseño y unos acabados que desde las versiones de acceso ya está un escalón por encima de los generalistas de su categoría, de algún fabricante premium como Mercedes-Benz y no muy lejos de lo ofrecido por otros como Audi.
Nos ha gustado que su instrumentación acoja, en la «esfera» derecha, una pantalla para el ordenador de a bordo. Aunque esto ya depende de los gustos de cada uno, también hay que tener en cuenta que el sistema de entretenimiento se ha colocado, a modo de tablet, encima del salpicadero, a diferencia del que encontrábamos en su predecesor, incrustado en un espacio en el salpicadero.
Su sistema de entretenimiento sigue siendo intuitivo, fácil de manejar, y cuenta con una pantalla táctil de 7″, aunque también puede pilotarse mediante una interfaz más segura y cómoda, un giratorio en la consola central.
y una pantalla tipo tablet en el salpicadero sencilla de manejar e intuitiva
6. Una buena dotación de ayudas a la conducción
La gama de acabados y equipamiento se distribuye ahora en tres líneas, denominadas Origin, Evolution y Zenith. Mazda espera que en España sus ventas se distribuyan casi al 50% entre Evolution y Zenith, de manera que Origin quede en un porcentaje casi residual, en torno al 1%.
En cualquier caso, es interesante saber que desde la versión Origin ya goza de frenada de emergencia automática en ciudad, asistente de arranque en cuesta y sensor de lluvia y luz. La versión Evolution ya incorpora detector de ángulo muerto, alerta de tráfico trasero, detector de fatiga, reconocimiento de señales de tráfico, aviso y prevención de cambio involuntario de carril y sistema de conexión automática de luces de largo alcance.
La línea Zenith incorpora, incluso, faros adapativos basados en matriz de LED. Una tecnología que, sinceramente, ofrece la mejor visibilidad posible en carretera durante la noche, y que en fabricantes como Audi nos ha encantado. En el caso del Mazda CX-5 aún no hemos tenido ocasión de probarlo de noche como para comprobarlo.
7. Precios acordes con su equipamiento
En cuanto al precio del Mazda CX-5, tampoco ha habido demasiados cambios. No es un modelo que ofrezca precios tan bajos como los que podemos encontrar en muchos generalistas que dominan – por volumen de ventas – su categoría. Pero sí es un modelo que a priori puede medirse con los premium, con un precio excelente a tenor de su equipamiento, y de la calidad que ofrece.
El Mazda CX-5 2.0 SKYACTIV-G de 165 CV con tracción delantera y cambio manual arranca en 24.100€ (que incluyen 2.000€ de descuento y 500€ de promoción al financiar, sobre los 26.600€ de tarifa de esta versión). Si optamos por un 2.2 SKYACTIV-D de 150 CV con tracción delantera, cambio manual, acabado Evolution y navegador, su precio con descuentos ya se queda en 28.850€.
El Mazda CX-5 2.5 SKYACTIV-G de 194 CV de potencia, con tracción total y cambio automático, tardará en llegar unos meses, y aterrizará en los concesionarios españoles en septiembre.