Después de años de espera, el motor rotativo de Mazda ha vuelto, aunque su regreso no es el que muchos esperaban porque está planteado como un generador. No obstante, su presencia ha llevado a muchos a preguntarse por su continuidad y por la posibilidad de verlo en un modelo más deportivo: ¿el mundo del motor puede soñar con algo así? Mazda ha dado ciertas licencias para ello.
El Salón del Automóvil de Bruselas de este año ha sido la cita elegida para presentar el nuevo Mazda MX-30 e-Skyactiv R-EV, la versión híbrida enchufable de su crossover eléctrico. La gran novedad que atraía todos los focos es el motor rotativo que incorpora el citado modelo, que, como decíamos, hará las veces de generador funcionando como un extensor de autonomía.
Este motor rotativo de Mazda es totalmente nuevo y está compuesto por un único rotor de 830 cc: tiene 74 CV de potencia máxima a 4.700 rpm y un par máximo de 116 Nm a 4.000 rpm. Es más avanzado y eficiente que el que la marca japonesa empleó para el Mazda RX-7 y RX-8: está fabricado con nuevos materiales y, además, cuenta con inyección directa de gasolina y EGR. Todo esto minimiza la fricción entre las partes móviles alargando, así, su vida útil.
Primero, la electrificación
La presencia de este motor rotativo no ha dejado indiferente a nadie. Aunque, como apuntábamos antes, está planteado como un generador, hay quien lo ve como una ventana abierta a la posibilidad de que Mazda dé forma a un deportivo con un motor rotativo que ocupe el hueco dejado por los Mazda RX-7 y RX-8. En Bruselas, Yoshiaki Noguchi (uno de los implicados en el desarrollo del sistema de propulsión japonés) habló con Autocar para dar, al mundo del motor, una de cal y otra de arena.
Explicó que el motor rotativo es uno de los símbolos de Mazda y desveló que los ingenieros de la marca “sueñan con tener un deportivo con este sistema, pero, ahora, no es el momento para ello. Cuando la situación de la empresa sea mucho mejor, podremos pensar en ese sueño”. Yoshiaki Noguchi aclaró que la mejoría de la situación hace referencia a la electrificación de los principales miembros de su gama en los próximos años.
Mazda está realizando una considerable inversión en tecnología eléctrica e híbrida. Cuando este capítulo esté cerrado, considerarán la llegada de un modelo que sea el sucesor del Mazda RX-8 con motor rotativo: “Lo primero, en esta era, es la electrificación, pero, tal vez en el futuro, puede que llegue un deportivo”. No parece que el sueño del equipo de ingeniería se vaya a hacer realidad en un futuro cercano, pero, al menos, no se ha descartado por completo.
Un cambio en su pensamiento
Esta postura marca un cambio importante en el pensamiento de Mazda. Hace siete años, en 2016, Masamichi Kogai, exdirector ejecutivo de la marca, descartó un deportivo más grande que el Mazda MX-5. Sin embargo, sigue habiendo más sombras que luces. Sin un firme compromiso de la marca con el segmento de deportivos, es difícil predecir cómo sería un modelo de este tipo con el renacido motor rotativo.
Hay quien apunta a un vehículo basado en el Mazda RX-Vision. Fue presentado en 2015 y aunque apareció en las solicitudes de patente en 2021, nada se sabe de él, así que es poco probable que llegue a producción. Otro punto que está en el aire es el tipo de carburante con el que se alimentaría un hipotético deportivo con motor rotativo: ¿gasolina? ¿Combustible sintético? ¿Hidrógeno? Muchas preguntas… y, de momento, pocas respuestas.