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El CEO de Mazda tiene "el arma secreta" para sobrevivir en un mundo de eléctricos, y su estrategia, por raro que parezca, es gastar menos en electrificación y baterías

Mazda siempre ha ido contracorriente y en la era del coche eléctrico no está siendo diferente. Es uno de los fabricantes grandes más pequeños y sigue siendo independiente, así que ha seguido una filosofía diferente al resto del rebaño. Cuando todo el mundo apostaba por el downsizing y el turbo, Mazda hizo motores más grandes y atmosféricos. Y ahora que todos invierten en baterías y coches eléctricos, Mazda anuncia que recortará las inversiones que tenía previstas.

Hacer más con menos, el «arma secreta» de Mazda y su estrategia para 2030

No es que Mazda se oponga frontalmente a la electrificación. El coche eléctrico también entra en los planes de la compañía japonesa, pero no es el pilar central de su estrategia, ni mucho menos. Sobrevivir en un mundo ultra competitivo, donde la tendencia a futuro es el coche eléctrico, exige -según la filosofía de Mazda- seguir haciendo las cosas de manera diferente. Y ya han movido ficha con el plan «Lean Asset Strategy».

El CEO de la compañía, Masahiro Moro, ha presentado esta nueva estrategia como su «arma secreta» para mantenerse rentables y competitivos en una «era de cambios e incertidumbre sin precedentes» en la industria del automóvil. Esta estrategia de negocio permitirá a Mazda recortar drásticamente la inversión, los costes de mano de obra y reducir los tiempos de desarrollo de su próxima generación de coches eléctricos.

No se trata de recortar gastos por recortar, sino de mejorar la eficiencia y controlar mejor a donde va el dinero. Mazda asegura que ahora puede hacer el triple de trabajo de desarrollo con la misma cantidad de recursos gracias a la inteligencia artificial y otras herramientas digitales nuevas. Con ello se simplifica la ingeniería y la fabricación, se reducen costes y también los tiempos de desarrollo del vehículo.

Con esta «Lean Asset Strategy», Mazda recortará su inversión en electrificación unos 3.000 millones de euros (500.000 millones de yenes) hasta 2030, un 33% menos de lo previsto respecto a los 1,5 billones de yenes que anunció en 2022. «Lograremos un crecimiento sostenible con una baja inversión, una alta eficiencia de los activos y tecnologías y productos competitivos», explicaba Masahiro Moro.

Interior del Mazda 6e, que combina lujo y tecnología avanzada.

Invertirá en baterías la mitad de lo que tenía previsto

El MX-30 fue el primer eléctrico de la marca y a nivel comercial no ha tenido éxito. El Mazda 6e será el siguiente, una bonita berlina eléctrica desarrollada en colaboración con el fabricante chino Changan. Pero en 2027, Mazda lanzará su primer eléctrico de nueva generación desarrollado internamente. La compañía de Hiroshima cree que puede reducir la inversión en desarrollo en un 40% y reducir a la mitad las horas de trabajo, en comparación con lo que venían haciendo hasta ahora.

En cuanto a la inversión en baterías, Mazda cree que con la nueva estrategia «Lean Asset Strategy» puede reducir a la mitad los 4.600 millones de euros (750.000 millones de yenes) que preveía invertir hasta 2030, quedándose en alrededor de 2.300 millones de euros. Esta inversión en baterías debe ser suficiente para alimentar los 400.000 vehículos eléctricos que Mazda planea vender en 2030, aproximadamente una cuarta parte de su volumen global.

Para reducir todavía más los costes, Mazda planea ensamblar los vehículos eléctricos en las mismas líneas de producción que los modelos no eléctricos. Las líneas de producción compartidas, o mixtas, reducirán en un 85% la inversión inicial de capital y en un 80 % los plazos de preparación para la producción en serie, según Mazda.

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Diego Gutiérrez

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