Nos encanta que Mazda nade a contracorriente en esta industria del automóvil de hoy en día, tan llena de vaivenes y de tendencias aparentemente inamovibles. Mazda va por su cuenta: en vez de apostar por el downsizing extremo de otros fabricantes, apostó por motores atmosféricos de cilindrada más alta, con consumos reales envidiables. Los de Hiroshima están apostando todo a la combustión interna y están incluso desarrollando un motor capaz de funcionar con gasolina, empleando un encendido por compresión – el Skyactiv-X. En Mazda tampoco parecen listos para «abandonar el diésel», como otros fabricantes.
De hecho, acaban de anunciar el lanzamiento de un nuevo motor turbodiésel de 1,8 litros. Un Skyactiv-D de nueva factura que reemplaza al 1.5 Skyactiv-D que hasta la fecha disfrutaban modelos como el Mazda 3 o el Mazda CX-3. La presentación de este propulsor ha sido contextualizada en el lanzamiento del renovado Mazda CX-3 en su mercado doméstico japonés. El lavado de cara del Mazda CX-3 es extremadamente ligero a nivel estético, centrándose en unas nuevas ópticas traseras LED, una calandra ligeramente actualizada y un color nuevo para la carrocería, llamado Soul Red Crystal.
Mazda CX-3
Nuevas tapicerías y un ligero rediseño de la consola central – ahora con freno de mano eléctrico – completan las actualizaciones de interior y exterior del Mazda CX-3. Más importante es lo que no se ve. El nuevo motor 1.8 Skyactiv-D ha sido diseñado con la normativa Euro 6d-Temp en mente, así como el ciclo de consumos WLTP con medición de emisiones en condiciones reales de circulación. Este propulor desarrolla 116 CV de potencia y 270 Nm de par motor. Su par es igual al del diésel de 1,5 litros anterior, pero su potencia aumenta en 11 CV. Pese a su mayor cilindrada y potencia, es más eficiente.
La marca no ha anunciado aún datos de consumo, pero el anterior 1.5 Skyactiv-D consumía solamente 4,0 l/100 km, según el ciclo combinado NEDC. El nuevo diésel de 1,8 litros tiene una fricción interna aún más reducida. También podremos encontrar este motor en los futuros Mazda 3 y Mazda 6 – aunque el protagonismo en los primeros será del revolucionario Skyactiv-X de nuevo cuño. Por su parte, el motor de gasolina de 2,0 litros renueva su presencia en el Mazda CX-3, con un nuevo diseño de inyectores y pistones, sin requerir un filtro de partículas para cumplir la normativa Euro 6d-Temp.
Una vez más, Mazda nos demuestra que no tiene miedo de las tendencias del mercado. Ni planean abandonar el diésel ni planean reducir cilindradas hasta el absurdo. En Mazda nadan a contracorriente, y les va bien.