Mazda acaba de confirmarnos que en el Salón de Ginebra, en marzo, nos desvelará una grata sorpresa, un nuevo SUV. No tenemos muchos más detalles al respecto, pero sí la certeza de que no nos lo esperábamos. Según Mazda, este nuevo modelo será el segundo de su nueva generación de productos, tras el recién presentado Mazda 3. Mazda nos ha desvelado la primera imagen de este nuevo SUV, que seguirá la línea estética iniciada con el nuevo Mazda 3 y que equipará los últimos avances de la marca, en tecnologías de entretenimiento y confort y, como no podía ser menos, su motor de gasolina con encendido por compresión. ¿Pero qué será lo que nos presente Mazda?
El tercer SUV de Mazda en Europa
La gama SUV de Mazda se ha actualizado recientemente. En 2018 se presentó la última actualización del Mazda CX-3, siguiendo los pasos de la última iteración del Mazda CX-5, que a pesar de no suponer un antes y un después, como sí ha sucedido con el nuevo Mazda 3, la marca japonesa defendió como un cambio profundo, algo más que un lavado de cara.
El Mazda CX-4 fue un crossover, entre SUV y vehículo familiar, con el que Mazda amplió su gama en China. Pero jamás llegó a Europa.
Las posibilidades que nos deja este nuevo SUV son realmente pocas. La imagen que nos ha mostrado Mazda no nos proporciona demasiadas pistas, pero todo apunta a que podría tratarse de un todocamino con un enfoque más deportivo, algo así como un Mazda CX-4.
Recordemos que Mazda lanzó en China un SUV con rasgos de coupé, que se ha comercializado en el mercado chino como Mazda CX-4. De tratarse de un SUV de dimensiones compactas y línea deportiva como este, hay que recordar que sería un producto completamente nuevo, y no la confirmación de que el CX-4 que ya conocemos y que puedes ver en las imágenes que ilustran esta entrada llegará a Europa.
Durante los últimos años, y en aquellas ocasiones que hemos tenido la oportunidad de hablar con diseñadores, ingenieros, y algunos de los máximos responsables de Mazda en Europa, siempre nos destacaron que el futuro de Mazda no se limitaría a los productos que han conformado su gama en estos años. Mazda centró su desarrollo de productos en sus líneas más populares y rentables y en plataformas que, a la postre, Mazda nos confirmaba se aplicarían en otros productos diferentes, en todo aquel que consideraran viable, y que pensaran podría cubrir las necesidades de sus clientes.
El movimiento más obvio sería, sin duda, el de aprovechar que Mazda CX-3 y CX-5 están bien asentados en el mercado para sorprendernos con un nuevo SUV con un enfoque más atrevido, un diseño aún más atractivo y, sobre todo, una propuesta aún más exclusiva y distinguida. Este último aspecto cumpliría con otro de los objetivos que perseguirá Mazda con su nueva generación de productos, el de medirse, de tú a tú, con las premium alemanas que dominan el mercado. Muy pronto saldremos de dudas.
Más imágenes del Mazda CX-4 que se presentó en 2016 y nunca llegó a comercializarse en Europa: