Una afirmación contundente ha de estar avalada por pruebas que la justifiquen, o al menos una explicación razonable. Y sin duda, la promesa de Mazda es realmente contundente. Mazda lanzará nuevos motores de gasolina que, según la marca, serán tan limpios como un coche eléctrico. Para entender a esta afirmación, y la comparación de un coche con un motor térmico, con coches eléctricos cuyas emisiones locales, indudablemente, son nulas, hay que entender el rendimiento energético del motor, la fuente de la cual se obtiene la energía y, por supuesto, las emisiones generadas para conseguir esa energía. ¿A qué se refiere entonces Mazda?
La tercera generación de SKYACTIV de Mazda
Mitsuo Hitomi, responsable de la sección de motores de Mazda, revelaba a Automotive News que Mazda se encuentra en disposición de lanzar motores de gasolina que puedan presumir de unas emisiones comparables a las de un coche eléctrico. En la hoja de ruta de Mazda nos encontraremos, primero, con el lanzamiento del nuevo motor SKYACTIV-X el año que viene, un motor que conseguirá una eficiencia sin parangón en todo tipo de condiciones gracias a que la marca japonesa ha conseguido uno de los santos griales del motor de combustión interna, el encendido por compresión en un motor de gasolina.
El siguiente paso, y en fechas que aún no están confirmadas, sería el lanzamiento de la tercera generación de los motores SKYACTIV, con los cuales Mazda pretende equipararse a los coches eléctricos. Un objetivo que, sin duda, también es muy revelador de la estrategia que ha seguido la marca en los últimos años, sin lanzar apuestas ambiciosas, en el ámbito de los eléctricos y los híbridos, a corto plazo.
Para equiparar sus nuevos motores de gasolina con un coche eléctrico, obviamente, Mazda piensa más allá de las emisiones directas de sus motores. Piensa, por ejemplo, en que la energía que emplea un coche eléctrico es dependiente de las fuentes que la generan. Generaliza considerando que la energía que suministrará a los coches eléctricos en los próximos años seguirá procediendo de fuentes que emiten CO2 y aspira a que la eficiencia térmica de sus coches aumente significativamente con respecto a los motores empleados hasta la fecha.
Incluso en países en los que se ha avanzado mucho en renovables, y otras fuentes de generación energéticas libres de emisiones de CO2, el mix de generación energética sigue dependiendo de fuentes que sí generan CO2. Habría que ver qué escenario ha planteado Mazda para la obtención de energía del coche eléctrico, para equipararlo con las emisiones que producirán sus motores de gasolina SKYACTIV de tercera generación. En cualquier caso, cualquier ocasión es buena para recordar este aspecto que a menudo se obvia de los eléctricos.
Por último, habría que tener en cuenta que para alcanzar ese objetivo, Mazda espera que las emisiones de CO2 de sus motores de gasolina se reduzcan en un 25% y, lo que es aún más importante, su eficiencia térmica aumente del entorno del 27% de los motores actuales, al 56%. Una cifra que, por poner un ejemplo, estaría muy por encima del rendimiento térmico del 40% alcanzado por Toyota en el motor de ciclo Atkinson del nuevo Toyota Prius. Y una cifra que, sin duda, sería impresionante para un motor de combustión interna, extraordinaria comparándolo con el rendimiento térmico de los motores actuales y requeriría de tecnologías mucho más avanzadas a las que ya emplea Mazda en sus coches.