El futuro de Mazda es, sin lugar a dudas, prometedor. Mazda ha trabajado a lo largo de los últimos seis años en la renovación completa de su gama de productos y en una estética con personalidad. Con tanta personalidad y originalidad que, incluso con un relevo generacional en ciernes tan importante como el del Mazda CX-5, que ha apostado por un continuismo que alguno apuntaría, y con razón, es propio de un fabricante alemán, seguirá manteniendo su imagen moderna y claramente diferenciada de sus rivales. Este será el año del nuevo Mazda CX-5, pero también de un Mazda MX-5 RF que transforma al Mazda MX-5 en un auténtico gran turismo. Pero eso no es todo. Tan apasionante, o más, que su planificación de producto, su hoja de ruta tecnológica: en 2018 llegará la nueva generación de motores, SKYACTIV-2, en 2019 sus primeros eléctricos y en 2021 sus híbridos enchufables. ¿Llegará también el encendido por compresión, sin bujías?
En 2018 llegará la segunda generación de SKYACTIV, tan transgresora como la primera
Uno de los aspectos que más nos ha apasionado de Mazda ha sido su estrategia para vencer los grandes retos que afronta la industria, la eficiencia, la reducción de la contaminación, y conseguirlo creando motores que sigan siendo agradecidos con el conductor. La primera generación de SKYACTIV nos sorprendió por una gama de motores de gasolina de muy alta compresión, y sin turbo, una irreverencia en estos tiempos que corren. Y una gama de motores diésel de muy baja compresión, una combustión muy limpia que garantizara unas emisiones muy bajas (especialmente de NOx) y un desarrollo lineal realmente agradable.
Mazda se había colocado el listón muy alto. Pero ya sabemos que en 2018 llegará una segunda generación de motores SKYACTIV y que, según la propia marca, mejorará en un 30% la eficiencia de sus modelos. Una auténtica barbaridad. Haciendo cuentas muy rápido, eso nos dejaría con un Mazda 6 con motores de gasolina que homologuen menos de 4 litros/100 kilómetros y motores diésel que homologuen menos de 3 litros/100 kilómetros. Y recordemos que, al menos en esta generación de SKYACTIV, los motores de Mazda se han caracterizado por ofrecer una desviación de consumos reales bastante baja – en comparación con otros fabricantes – con respecto al consumo homologado.
A falta de más datos oficiales, y tal y como ya comentábamos hace unos días, 2018 podría ser el año en que Mazda presente uno de los avances más interesantes para los motores de combustión interna en décadas. Para conseguir un motor de gasolina tan eficiente, la próxima generación de SKYACTIV-G podría eliminar el uso de bujías de encendido y apostar por el encendido de compresión. Una tecnología HCCI – de Homogeneous Charge Compression Ignition – que los fabricantes han perseguido desde hace años y en la que se ha trabajado desde el ámbito experimental. Una tecnología con la que Mazda, sin duda, marcaría un hito en la industria y, sumada a relaciones de compresión de hasta 18:1, conseguiría la esperada mejora de la eficiencia del 30%.
Ahora sí, Mazda se electrifica a partir de 2019
Desde un pragmatismo implacable, Mazda se ha esforzado durante todos años en el desarrollo del motor de combustión interna que, según todos los augurios, nos acompañará durante muchos años. Podría decirse que la apuesta por los híbridos y los eléctricos de Mazda en estos años ha sido anecdótica y sin un foco global. Sin que el eléctrico sea aún una alternativa real y masiva del motor de combustión, Mazda prefirió centrar sus desarrollos en los motores de combustión (ver artículo: ¿por qué Mazda no cree en los híbridos (al menos como los entendemos ahora?) de manera que en el momento en que lancen sus primeros híbridos, la dependencia de estos de baterías de gran tamaño, y motores eléctricos con un consumo energético elevado, no sea tal gracias al empleo de motores térmicos extraordinariamente eficientes.
En cualquier caso, Mazda ya ha puesto fecha para el lanzamiento de su primer eléctrico, en solo dos años, en 2019.
Los primeros híbridos enchufables de Mazda llegarán en 2021
Y eso no es todo. Dentro de cuatro años, un mundo, a tenor de cómo avanza la industria del automóvil y cómo se acortan los ciclos de producto, llegarán los primeros híbridos enchufables de Mazda. Sinceramente es difícil imaginar de qué características técnicas gozarán estos híbridos de Mazda, si contarán con motores de combustión grandes, o pequeños, o si sus baterías ofrecerán mucha o poca autonomía.
Quizás los vaticinios más halagüeños tengan que ver con el acuerdo firmado entre Mazda y Toyota en 2015. Estos dos fabricantes japoneses han firmado un acuerdo para compartir tecnología. Y si pensamos en híbridos enchufables, e imaginamos lo que podría conseguirse con la superioridad técnica de Mazda en el desarrollo de motores de combustión interna, y la superioridad y experiencia de Toyota en el ámbito de los híbridos, solo cabría imaginar un producto redondo, ¿no crees?
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