Que las locuras y salvajadas que había en Top Gear las iban a mantener en The Grand Tour lo sabíamos todos. Eso de destrozar coches, llevar superdeportivos por carreteras rurales y demás ocurrencias es algo que Jeremy Clarkson, Richard Hammond y James May siguen haciendo con gusto en su programa. No les importa si es un modelo asequible o todo un McLaren. Y es que incluso cuando no quieren acaban rompiendo coches, caso que nos ocupa.
En uno de los episodios de la segunda temporada, Hammond prueba el McLaren 720S: el espectacular superdeportivo británico tiene 720 CV y una puesta a punto que lo hace uno de los coches más rápidos del mundo actualmente. La potencia proviene de un motor V8 de 4 litros de cilindrada, sobrealimentado con dos turbos, que necesita gasolina de 98 octanos para dar todo lo de sí que es capaz. Hammond a buen seguro sabe esto, pero durante el rodaje del episodio acabó echando agua al depósito del deportivo. ¿Por qué lo hizo?
Lejos de ser una broma macabra (no sería el primer coche que destrozan por diversión), lo de echar a perder un superdeportivo que ronda los 300.000 euros fue, parece ser, un despiste. Un despiste muy caro y doloroso. Durante el programa en el que se emite su prueba se ven dos McLaren 720S distintos; el porqué de ver dos unidades distintas la desgranan ya en el estudio, donde sus compañeros bromean con darle a Hammond el premio por ‘Llenar accidentalmente con agua el depósito de un superdeportivo’. Tras la broma, Hammond se justifica diciendo que cuando estaba en el circuito, en vez de ir a la gasolinera más cercana, usó uno de los bidones del equipo dando por hecho que en su interior tendría combustible.
Lo que el bidón contenía realmente era agua, y el presentador no se dio cuenta de ello hasta que ya fue demasiado tarde, cuando el motor del coche empezó a fallar. ¿Las consecuencias? Un V8 de última tecnología destrozado que tendrá que ser reemplazado. No queremos ni pensar en la factura de la reparación, teniendo en cuenta que hablamos de un superdeportivo que coquetea con los 300.000 euros.
No es el primer coche que, de alguna forma u otra y a pesar de su corto periplo con Amazon Prime Video, acaban maltratando. Sin ir más lejos, en el primer episodio de esta segunda temporada de The Grand Tour el trío compara a su manera el pasado, el presente y el futuro con los Lamborghini Aventador S, Honda NSX y Rimac Concept One. Clarkson reventó un neumático a base de derrapadas, dejando dañada también la llanta y los bajos del coche, cosa que quedó en una minucia al compararlo con el accidente de Richard Hammond a bordo del Rimac, que pudo costarle la vida y que acabó con el coche rodando colina abajo e incendiado (con un fuego que, según comentaron en el estudio, duró varios días).
Fuente: The Grand Tour
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