Que las mecánicas eléctricas están llegando al sector de los superdeportivos no es ningún secreto, y así lo demuestran no solo marcas como Rimac, sino muchas otras de renombre que ya han puesto fecha a su primer retoño eléctrico. Sin embargo, y pese a sus más que asentados pinitos con la electrificación, McLaren se muestra reticente, tajante y clara respecto a su primer superdeportivo eléctrico: «no pasará hasta que el Gobierno se aclare con la normativa.»
De estas declaraciones se ha hecho eco el medio Carbuzz, quien ha podido hablar con Jamie Corstorphine, Director de Estrategia de Producto de la firma inglesa. Y es que pese a que los de Woking fueron de los primeros en coquetear con la electricidad a la hora de desarrollar un hiperdeportivo como lo fue el P1 y lo vuelven a hacer con el Artura, de momento no está en sus planes crear un coche totalmente eléctrico.
«El McLaren eléctrico no llegará hasta que el Gobierno aclare su estrategia»
Mientras que McLaren tiene más clara la concepción de un SUV, el coche eléctrico se resiste debido a una normativa al respecto que, al igual que ocurre en otros países, de momento es dudosa. «El coche eléctrico es nuestro plan, pero el panorama no es nada claro.» Esto se debe a que, aunque la Unión Europea ha determinado el año 2035 como fecha de defunción para el coche de combustión, soluciones como el hidrógeno y los combustibles sintéticos están cuajando cada vez más y complicando el asentamiento total del coche eléctrico tal y como las cúpulas políticas pretenden.
A su vez, Corstorphine hace alusión a que «en Inglaterra todo coche que se venda más allá de 2030 ha de ser híbrido, mientras que a partir de 2035 tendrá que ser totalmente eléctrico. Sin embargo, el Gobierno no ha determinado qué constituye a un coche híbrido, por ejemplo.» A ello también hay que sumarle el factor de producción que, al tratarse de marcas con un volumen de vehículos modesto frente a las generalistas, sus emisiones globales son menores.
Esto se traduce en cierta permisividad a la hora de seguir desarrollando coches «políticamente incorrectos», pero McLaren depende, fundamentalmente, de la normativa que exija el país. Y sobre todo de la que se exija en el extranjero, puesto que el propio Jaimie Corstorphine indica que «el motor de combustión tiene aún muchas oportunidades, especialmente en otros países donde no solo los clientes así lo demandan, sino que también permiten vender coches de gasolina.»
Sea como fuere, la casa inglesa sigue apostando igualmente por modelos como el nuevo Artura, aunque, ateniéndonos a las declaraciones de su Director de Estrategia de Producto, ya no tanto por cumplir con una normativa a medio cocer, sino por no quedarse atrás y complicarle la tarea de triunfar a modelos como el Ferrari 296 GTB y al futuro sustituto del Lamborghini Huracán.
Así, y seguramente para gusto de muchos, McLaren se mantiene firme en la decisión de no fabricar un coche 100% eléctrico. No obstante, y si sus planes permanecen intactos, una vez que la normativa sea clara, la firma podría ir más lejos y dejarnos con un sucesor tanto del P1 como del Senna con una mecánica totalmente eléctrica.