El lanzamiento de McLaren 720S ha inaugurado una nueva etapa en el fabricante británico. El salto del McLaren 650S al 720S ha sido de envergadura, y aunque las bondades de la electrónica han conseguido mantener la propulsión como la única opción dentro de este superdeportivo, el futuro pasa irremediablemente por barajar otras posibilidades donde la tracción total es una opción con cada vez más peso. McLaren tiene muy claro que los motores eléctricos son ya el único camino a explotar, y justo ahí es donde descubrimos cómo quiere McLaren pasarse a la tracción total.
Si miramos en el futuro próximo de McLaren ya encontramos proyectos como el McLaren BP23 donde la hibridación será un pilar fundamental y sus más de 1.000 CV muy posiblemente escondan un tren delantero electrificado. Aunque el McLaren P1 ha sido el primer híbrido de calle de Woking, este diseño concentró el sistema de tracción en el eje trasero. Esto cambiará en los próximos modelos que lleguen al mercado ante el mayor protagonismo de la propulsión eléctrica y el más que probable uso de varios motores eléctricos de forma simultánea.
Otro de los puntos clave de McLaren en su futuro de tracción total es la defensa de la configuración de diferencial libre en el tren posterior. Se trata de un diseño único que sólo McLaren emplea, especialmente con semejantes cifras de potencia y par. McLaren defiende esta idea basándose en las posibilidades de control que brinda la electrónica, bien mediante acción en el sistema de frenos o en el sistema de regeneración, pero prescindiendo de un diferencial controlado como emplean la práctica totalidad de sus rivales. Se trata de uno de los puntos que más define el carácter de los modelos McLaren, con sus ventajas e inconvenientes, pero se ha convertido ya en un sello muy característico.
El paso hacia el uso de varios motores eléctricos, repartidos entre trenes, no haría más que reafirmar a McLaren en esta apuesta haciendo uso del control de los propulsores individuales para gestionar la entrega de par. Gracias a esta configuración se podría alcanzar un control exhaustivo sobre el ángulo de guiñada del coche actuando de forma independiente en cada rueda, acelerando o frenando cada rueda según sea necesario, y consiguiendo resultados iguales sino mejores que los que alcanzaría un diferencial controlado.
Sin embargo, ante ese desafío a futuro nos encontramos a una tal Audi Sport que por primera vez se olvida de la tracción total quattro y habla incluso de derrapes controlados en el Audi R8 RWS. Pareciera el mundo al revés, pero así son las cosas. Mientras McLaren tiene la vista puesta ya en un futuro donde los motores eléctricos serán protagonistas en cada rueda, Audi se cuelga el cartel de purista y nos presenta un deportivo que reniega de la tracción total, además de usar un motor V10 atmosférico que no quiere hablar de turbos y menos de hibridación…