El nuevo gobierno de coalición ha declarado este martes el estado de emergencia climática en el Consejo de Ministros. Es el primer paso de un proceso de 100 días en el que se tramitarán de forma legislativa treinta líneas de actuación para paliar el cambio climático. La culminación de este proceso, que debería terminar antes de que acabe abril, será la aprobación en Cortes de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. El sector del transporte será uno de los más afectados, y en este artículo te contamos las medidas que más nos afectarán durante los próximos años.
El objetivo último de esta Ley de Cambio Climático es la total descarbonización de España para el año 2050, un objetivo que debería cumplirse para paliar el cambio climático, un proceso que amenaza con alterar de forma radical y dañina la vida en el planeta. El sector energético tendrá que cambiar de forma radical, al igual que lo hará la forma en que consumimos a diario y la forma en que nos movemos. El sector del transporte, y concretamente el automóvil, será uno de los más afectados por esta ley, que se tramitará en apenas tres meses.
Zonas de bajas emisiones en todo municipio con más de 50.000 habitantes
Una medida que ya comunicó Pedro Sánchez durante su presidencia en funciones, será pronto tramitada. Todo municipio con más de 50.000 habitantes tendrá que tener un área de bajas emisiones en la que se vetará la circulación a los vehículos más contaminantes, usando como baremo el sistema de etiquetas ambientales de la DGT. En este momento hay muy pocas áreas de bajas emisiones operativas, siendo Madrid 360 y Barcelona ZBE las más ambiciosas. Aquí puedes consultar qué municipios tendrán que implementar esta medida en sus ciudades.
Fiscalidad de los combustibles fósiles
Una de las medidas anunciadas por la vicepresidenta para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, es que no se crearán más subsidios a los combustibles fósiles. Los actuales subsidios a los combustibles fósiles se revisarán en profundidad y podrían mantenerse en caso de necesidad social o tecnológica. En ese aspecto, aunque hay incertidumbre al respecto, el gasóleo agrario y las ventajas fiscales al gasóleo para el transporte pesado deberían mantenerse – al menos mientras se encauce la transición hacia las cero emisiones.
La fiscalidad del resto de combustibles fósiles también será modificada, y con toda seguridad, se llevará a cabo el aumento de impuestos al gasóleo que ya anunció hace meses el Presidente del Gobierno. Este aumento de impuestos equiparará el Impuesto Especial de Hidrocarburos del gasóleo al de la gasolina, redundando en una subida de precios de casi 10 céntimos por litro, una subida que será escalonada en tres años. Al mismo tiempo, se reforzarán los sistemas de transporte público, para compensar el encarecimiento de la movilidad privada.
En 2050, los turismos y vehículos comerciales deberán emitir 0 g/km de CO2
Siguiendo los preceptos marcados por la Unión Europea, para 2050, se exigirá que todos los vehículos sean vehículos libres de emisiones locales. Es decir, vehículos eléctricos o alimentados por combustibles como el hidrógeno. Teresa Ribera afirma que esto provocará una gran transformación del sector del automóvil, y se trabajará con los fabricantes para que se siga garantizando el empleo y se eviten daños en el tejido social. Pero sin duda, son afirmaciones vagas para una transformación que cambiará para siempre la forma en que nos movemos.
Entendemos que estas medidas afectarán a los vehículos nuevos que se vendan a partir del año 2050, ya que aún existirá en España un parque móvil de millones de vehículos alimentados por combustibles fósiles. También se han de tener en cuenta las barreras tecnológicas, especialmente en el caso del transporte pesado. Es difícil electrificar un tráiler de 40 toneladas, pero existen alternativas como los combustibles sintéticos – casi neutrales en cuanto a emisiones de CO2 – o incluso el fomento del transporte por ferrocarril.
Fuente: eldiario.es