Si alguien cree que la calidad de los Mercedes de los años setenta y ochenta está sobrevalorada, no te sofoques. Sabes que no es cierto, y solo necesitas el vídeo que acompaña este artículo para demostrar el argumento de barra de bar de tu amigo, compañero de trabajo o familiar. El protagonista del vídeo es un Mercedes W123, conocido comúnmente como «el coche del millón de kilómetros», y uno de los mejores clásicos populares que puedes comprar. Concretamente un 240 D, abandonado a la intemperie, en Estonia, desde hace nada menos que 14 años.
El Mercedes 240 D era una de las versiones más básicas de los W123. Su motor diésel de 2,4 litros y aspiración atmosférica tenía inyección mecánica de combustible y desarrollaba unos «tremendos» 72 CV. Eran suficientes para que el coche acelerase de 0 a 100 km/h en unos 20 segundos. No obstante, la naturaleza poco apretada de esta mecánica le ha permitido superar en varias ocasiones el millón de kilómetros.
Mercedes-Benz Mercedes Clase E
Es la mecánica que tenía un famoso taxi griego y el famoso taxi canario que recientemente superó los 7 millones de kilómetros.
Los coches parados se estropean, y más si los dejamos a la intemperie en un clima duro como el gélido clima báltico. Pero las reglas habituales no son aplicables si el coche en cuestión es un Mercedes clásico con motor diésel. El motor de arranque estaba agarrotado, pero el motor tenía aceite y suministro de combustible. Posiblemente sus calentadores no funcionasen adecuadamente o la compresión del motor no fuese la mejor, pero con algo de limpiafrenos en la admisión y un soplete para calentar la entrada de gases, el diésel volvió a despertar.
El motor tenía excelente presión de aceite, un ralentí estable y un termostato perfectamente funcional, además de un sonido sano – aun con 316.000 km, teóricos, en su odómetro. Aunque el óxido plaga su carrocería, su interior parece estar en buen estado y su sistema eléctrico funciona. Tras una limpieza a su carrocería y varios paseos por la finca de Flexiny – el youtuber que lo rescata – queda clara la magia indestructible de estos coches, además de una elegancia y simplicidad atemporal que nunca se ha vuelto a repetir.
