El Mercedes-Benz 300 SL Roadster de 1957 es uno de los automóviles más icónicos y valiosos de la historia. Hermano del conocido Alas de Gaviota, de las cuales este no presume por ser un descapotable. Y tan icónico y valioso es que, a pesar de estar en condiciones deplorables, está programado para subastarse y podría alcanzar un valor de hasta 1.000.000 de dólares. El deterioro evidente en su carrocería y su interior plantea la pregunta: ¿cómo un vehículo en este estado sigue siendo tan codiciado? La respuesta está en su rareza, historia y el potencial de restauración que ofrece para los coleccionistas.
Un coche que hizo historia
El 300 SL Roadster debutó en 1957 como una evolución del famoso 300 SL «Gullwing», que, como ya hemos dicho y como sabes más que de sobra, era conocido por sus icónicas puertas de ala de gaviota. Sin embargo, el Roadster se diseñó para un público que buscaba algo más práctico y menos llamativo, sin sacrificar la deportividad y el lujo.
Mercedes fabricó solo 554 unidades de este modelo en ese año, lo que hace que este disponible en subasta sea una pieza extremadamente rara en el mercado. Su exclusividad es una de las principales razones por las que sigue siendo altamente valorado, independientemente de su estado.
Un Mercedes 300 SL que requiere de una restauración extrema
Este 300 SL Roadster ha pasado décadas en abandono, y su estado actual refleja ese descuido. La carrocería está gravemente dañada por el óxido y la suciedad, mientras que el interior, con los asientos de cuero rajados y en descomposición, necesita una restauración integral.
Sin embargo, a pesar de su apariencia desastrosa, conserva su motor original y su chasis, lo que lo convierte en una pieza única para los coleccionistas que buscan devolverlo a su estado original. Restaurarlo requerirá una inversión significativa, pero el resultado podría hacerlo todavía más especial. Aun así, la clave de este vehículo reside en que de entre esas 554 unidades que se fabricaron en el 1957, este formaba parte de un grupo todavía más reducido.
Prueba de ello son las raras ruedas Rudge de fábrica, presentes en solo 30 unidades de este modelo. Además, su relación de eje trasero 1:3.42, más larga que la estándar en los modelos estadounidenses, mejora el rendimiento del vehículo, haciéndolo aún más especial. Estos detalles, junto con su motor de seis cilindros en línea y otras características originales, lo convierten en una pieza única y codiciada por los entusiastas de los automóviles clásicos.
De Alemania a Estados Unidos
Este Mercedes-Benz 300 SL Roadster tiene una historia fascinante que contribuye enormemente a su valor actual. El coche fue entregado nuevo a su primer propietario, un hombre llamado Thompson, que vivía en Kitzingen, Alemania. Sin embargo, el vehículo terminó formando parte de la colección de Rudi Klein, un inmigrante alemán en Estados Unidos que fue pionero en la importación de automóviles europeos en ese país. Klein fundó Porsche Foreign Auto en 1967, y a lo largo de los años fue acumulando una notable colección de vehículos.
Tras su fallecimiento en 2001, su familia mantuvo los coches en su garaje, pero nunca les prestó atención ni realizó mantenimiento alguno. Es precisamente esta falta de cuidado la que explica el estado ruinoso en el que se encuentra actualmente el Roadster. A pesar de esto, el hecho de que el coche no haya sido modificado ni restaurado desde entonces aumenta su valor entre los coleccionistas, quienes valoran la originalidad y la posibilidad de devolverlo a su estado original.
¿Por qué vale tanto un coche en ruinas?
A primera vista, puede parecer incomprensible que un coche tan deteriorado pueda alcanzar un precio tan alto, pero en el mercado de los coches clásicos, la rareza, la historia y las características especiales de un vehículo pesan más que su estado físico.
En el mercado de subastas de coches clásicos, el 300 SL Roadster ya ha demostrado su valor. El precio promedio de un modelo en buenas condiciones es de aproximadamente 1,4 millones, y en agosto de 2021, un ejemplar se vendió por la asombrosa cifra de 3,1 millones en Monterey, California. Esto se debe en gran medida a la percepción del Roadster como un objeto de colección, una pieza icónica de la historia que pocos tienen la oportunidad de tener. Con el paso del tiempo, el valor del vehículo sube todavía más, pues las posibilidades de hacerse con uno se reducen.
Además, los detalles técnicos como las raras ruedas Rudge, la relación de eje trasero especial y su motor original aumentan el carácter único de este coche para los compradores. Aunque el coche requerirá una restauración integral, su potencial como inversión es enorme. Para los coleccionistas, el desafío de restaurar un coche tan único tiene un doble beneficio. No solo el proceso es valioso para un restaurador coleccionista, sino que devolverlo a su estado de concurso puede duplicar o incluso triplicar su valor original. La subasta se producirá el 26 de octubre. Será llevada a cabo por la prestigiosa RM Sotheby’s, especializada en subastas de lujo.