Ningún otro coche en la historia del automóvil ha representado mejor a los regímenes dictatoriales que el Mercedes 600 Pullman. Un icono entre las berlinas clásicas a la hora de llevar a mandatarios, políticos y famosos de toda clase y condición, convirtiéndose en una pieza de colección como la que hoy nos ocupa. No todos los días aparece un Mercedes 600 Pullman en perfecto estado de revista, pero hoy es ese día, y por ello te traemos 31 fotos para conocer a fondo esta forma de entender el lujo y el poder en los años ’60.
Presentado oficialmente en el salón del automóvil de Frankfurt de 1963 como respuesta a una creciente demanda de coches de altísimo lujo, el Mercedes 600 Pullman (W100) – o Grosser por sus 5.45 metros de largo – pronto se convirtió en la peor pesadilla de firmas como Rolls-Royce y Bentley. El Pullman no solo era una enorme limusina de hasta 6 puertas y altísimo nivel de lujo, sino que además se distanciaba de sus rivales con una dotación tecnológica nunca antes vista. A día de hoy este concepto de limusina de súper lujo se mantiene en la propia Mercedes de la mano del ahora carrocero Maybach, dando vida al Mercedes-Maybach Pullman fabricado sobre la base del Mercedes Clase S.
El derroche tecnológico del que presumía el 600 Pullman era tal que encontraba elevalunas automáticos en todas las puertas, techo corredizo, suspensión neumática autonivelante, aire acondicionado, control hidráulico para todas las funciones de confort, asientos con múltiples reglajes asistidos, cierre automático para puertas, nevera, doble sistema de sonido con cabina de pasajeros independiente, interfono, motor 6.3 V8 de 300 CV, caja de cambios automática de 4 velocidades, sistema de frenos hidráulico y servoasistido, etc. Su velocidad máxima era de 205 Km/h.
Esta unidad que será subastada en Essen a partir del próximo 24 de Junio data de 1967 y corresponde a una de las 124 unidades que fueron fabricadas del Mercedes 600 en versión Pullman de 6 puertas. Para ser más concretos, se trata del coche que adquirió el Presidente de Costa de Marfil para su uso personal, pasando después a formar parte del garaje de un coleccionista alemán, quien ha realizado numerosas restauraciones del modelo, manteniendo intacta su configuración inicial en color negro exterior y piel beige en el interior, pero permitiéndole lucir un estado impoluto hasta en el más mínimo detalle.
Fuente: RM Sotheby’s