Algo estaba pasando en Mercedes, decían en una campaña publicitaria, y ya lo creo que era cierto… Desde que la marca de la estrella decidiera exhalar aire fresco y redirigir su estrategia en pro de rebajar la edad media de sus clientes, la imagen de Mercedes ha cambiado notablemente. Y, opiniones personales aparte, lo irrefutablemente cierto es que a Mercedes le está funcionando: vende más coches que nunca, no sólo Mercedes-Benz sino también su división deportiva, Mercedes-AMG. Pero ¿cuántos coches vendió en 2017? Y lo más interesante: ¿Cuál es la clave de su éxito?
Récord histórico de ventas en el año del 50º aniversario de AMG
Desde el comienzo de la segunda década de este siglo XXI, Mercedes decidió apostar por una división AMG más independiente. Así las cosas, en 2010 lanzó al mercado el primer coche fabricado por completo por AMG, el Mercedes-Benz SLS AMG. Su sucesor -de una forma u otra-, sería un coche totalmente nuevo que también estrenaba denominación: el AMG GT fue el primer Mercedes-AMG de la historia.
Tras este modelo, y la diferenciación entre Mercedes-Benz y Mercedes-AMG como marcas distintas, todos los que hasta entonces tenían apellido ‘AMG’ pasaron a ser Mercedes-AMG. Ahora, apenas dos años después de ese «nacimiento» y coincidiendo con el 50º aniversario de la genuina AMG, la división ha superado por primera vez en su historia los seis dígitos en ventas: ni más ni menos que 131.970 unidades en todo el mundo.
Mercedes, que ha asegurado que en 2017 fue la premium alemana más vendida, batió su récord histórico de ventas en 2017. Y aunque los AMG apenas representan un 5,6% del total, la subida de estos respecto al año anterior es brutal: un 33% más que en 2016, con varios de sus principales mercados superando el 40% de incremento (Estados Unidos, Alemania y Canadá). Pero no todo es tan bonito como parece, y es que, aunque Mercedes así nos los quiera hacer creer, muchos de estos no son AMG como los entendíamos hasta ahora…
La clave del éxito en las ventas de Mercedes-AMG: ¿Por qué se venden tantos AMG?
No, por las carreteras no ruedan montones de C 63, S 63, absurdos G 65 y espectaculares AMG GT en todas sus variantes. Aunque Mercedes no revela las ventas de AMG por modelos ni da más detalles al respecto, se limita a mencionar la excepcional acogida por parte de los clientes de los acceso a gama de AMG. ¿Qué significa esto? Que muchas de esas más de 130.000 unidades que se vendieron en 2017 no son auténticos AMG como entendíamos hasta ahora, los de la filosofía ‘Un hombre, un motor’ con sus propulsores montados a mano. Hablamos de los Mercedes-AMG ’43’ con el V6 biturbo de 3 litros (367-401 CV), que están presentes en la Clase C, C Estate, C Coupé, C Cabrio, Clase E, E Estate, GLC, GLE y SLC.
Además de los anteriores no podemos olvidar a los Mercedes-AMG A/GLA/CLA 45 (cuyos motores de cuatro cilindros sí son fieles a la filosofía ‘Un hombre, un motor’), que son más asequibles que cualquiera de los ’43’ mencionados y el primer escalón para hacerse con un AMG genuino. La clave del éxito reside por tanto en la posibilidad de hacerse con un AMG de forma más asequible (ya no hay que hablar solamente de cifras de 150.000 euros o más), pero también en una buena campaña de marketing en la que se venden y contabilizan como tal AMGs que hasta hace poco sólo eran Mercedes-Benz potentes con un paquete estético.
Además, y aunque Mercedes no hace ninguna referencia a ello, no puede saltarse por alto un aspecto muy importante: el marketing relacionado con el éxito en competición. Y es que, aparte del prestigio que suponen las victorias y conseguir un campeonato mundial, los fabricantes buscan un retorno en su inversión que se traduzca en la calle. Y a buen seguro la brillante imagen de AMG en Fórmula 1, con ocho títulos mundiales (entre pilotos y constructores) en las últimas cuatro temporadas, tenga también buena parte de culpa en el éxito de ventas.
Fuente: Mercedes-Benz
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