Mientras la industria ultima a marchas forzadas para afrontar todos los retos que vienen por delante, el Brexit, las guerras económicas, los compromisos de reducción de emisiones, o la crisis de los diésel, Mercedes-Benz no solo sigue defendiendo a estos últimos, los diésel, sino que redobla la apuesta y propone una tecnología mucho más avanzada y compleja. Mercedes-Benz ya tiene listos sus híbridos diésel y enchufables, con los nuevos Mercedes C 300 de de 194 CV de potencia, y en las carrocerías sedán y familiar del Mercedes Clase C. ¿Por qué Mercedes-Benz sigue apostando por los diésel, y además híbridos y enchufables?
Mercedes-Benz no cree que el diésel vaya a morir
Mercedes-Benz se resiste a que el diésel muera. Es más, no cree que el diésel vaya a morir, ni a corto, ni a medio plazo. Decía Ola Källenius, que en unos meses será nombrado oficialmente CEO de Daimler, sustituyendo a Dieter Zetsche, que Mercedes «necesita el diésel y en el futuro seguirán avanzando en su desarrollo […] con una familia de motores que ha demostrado que el diésel puede ser limpio».
Mercedes-Benz Mercedes Clase C
La marca alemana cree que no hay razón para abandonar al diésel, al menos con las tecnologías modernas. Eso justificaría que su desarrollo de motores diésel no se haya detenido, y de hecho parezca haberse intensificado en los últimos años, a pesar de que Mercedes-Benz dispondrá de muchas tecnologías en los próximos años que, en un fabricante premium, sí pueden ser alternativas reales al diésel, como híbridos y micro-híbridos – de gasolina – y eléctricos.
El diésel en un híbrido enchufable
Sobre el papel, la idea de un diésel híbrido y enchufable tiene mucho sentido. Más allá de que los diésel modernos han reducido significativamente sus emisiones de NOx, esta tecnología permitiría que los trayectos urbanos se puedan realizar totalmente, o en su mayoría, en modo eléctrico. El Mercedes C 300 de goza de una autonomía eléctrica estimada en 57 kilómetros, según el antiguo ciclo de homologación NEDC. Pero, por otro lado, sería capaz de recorrer grandes distancias con un consumo de combustible muy ajustado, y manteniendo unas prestaciones excelentes. Precisamente uno de los handicaps de los híbridos enchufables con motor de gasolina, al menos los que hemos probado, es que sus consumos suelen ser altos cuando las baterías están cerca de agotarse, y sus prestaciones también se ven reducidas notablemente.
La hibridación, y su capacidad para desplazarse en modo eléctrico, serían más que suficientes para sortear las prohibiciones al tráfico más restrictivas en las ciudades europeas. Pero no solo eso. Los fabricantes europeos tienen un reto por delante importantísimo, el de rebajar las emisiones de CO2 de sus vehículos en un 40% de aquí a 2030. Y eso solo se puede conseguir vendiendo muchos eléctricos, muchos híbridos – sobre todo enchufables – e introduciendo diferentes soluciones de electrificación en cualquier motor, y en cualquier coche, en el que sea técnicamente posible. Y eso también se aplica al diésel.
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