A estas alturas no es necesario defender que un W124, y otros muchos Mercedes-Benz de la época, son una auténtica roca. Tampoco nos sorprende que este Mercedes 200 Diesel W124 de 1992 haya superado la barrera del millón de kilómetros. Es probable que existan infinidad de ejemplos aún más sorprendentes, de coches que han recorrido varios millones de kilómetros, y muy probablemente en unas condiciones mucho más exigentes que las de las perfectamente asfaltadas carreteras alemanas. Tan interesante como el kilometraje de este Mercedes Clase E de los noventa, que su propietario – y trabajador de la fábrica de Sindelfingen – se «llevó puesto» tras recogerlo en la propia factoría, el hecho de que ofrezca cifras acerca de lo que ha invertido en mantenimiento y combustible en estos 25 años.
Aunque el paso del tiempo haya dejado su seña en algunos paneles exteriores que están un poco deteriorados, el estado de este coche es realmente bueno para un automóvil que ha recorrido más de un millón de kilómetros, a lo largo de prácticamente 25 años. Su propietario, Michael Nickl, lo ha utilizado a diario desde que en 1992 saliera con él de la misma fábrica de Sindelfingen en la que se producía y ha trabajado desde entonces. Al coche no le falta ningún detalle, ni tan siquiera un adhesivo con la bandera estrellada de la Unión Europea.
Mercedes-Benz Mercedes Clase E
Dentro de lo que cabe, Nickl escogió un Mercedes Clase E de la época, un W124, con un equipamiento modesto. Con un acabado de pintura básico – el azul oscuro y grisáceo tan característico de este modelo – carecía de pintura metalizada, tapizados de piel, cambio automático, aire acondicionado o incluso elevalunas eléctrico. Además escogió un motor de batalla, un 200 Diesel.
En su día, Nickl pagó por este W124 exactamente 40.523,81 marcos alemanes. Entre los pocos opcionales que configuró se incluyen un techo practicable, reposacabezas traseros, reposabrazos delantero, cierre centralizado y preinstalación para equipo de sonido. Su motor también era muy modesto, un diésel atmosférico de 75 CV que distaba mucho del cinco cilindros turboalimentado del 300 D Turbo y sus 147 CV de potencia.
Aunque inicialmente Nickl había pensado adquirir este coche para venderlo en un plazo aproximado de un año, la caída de los precios del mercado de ocasión, especialmente para los diésel más recientes, le disuadió de tomar tal decisión. Un inconveniente de última hora, teniendo en cuenta que con los importantes descuentos que se ofrecían a los empleados de la marca por aquel entonces, a menudo se podía vender un Mercedes-Benz de segunda mano en un año por un precio superior al que el empleado había pagado por él completamente nuevo.
Según podíamos leer en la historia publicada por Mercedes-Benz en su web, el propietario de este W124 no es un coleccionista, ni un apasionado de sus coches. Reconoce que él ve a su automóvil como un objeto práctico y tal vez por eso no suela limpiarlo a menudo, ni se ruborice por haber sustituido hace años las cuatro puertas originales por otras cuatro procedentes de desguace.
Lo que sí podemos destacar de Nickl es lo meticuloso que ha sido registrando todo lo que ha invertido en mantenimiento, reparaciones y combustible en su coche. ¿Acaso conocéis a alguien que haya anotado todos los gastos derivados de su coche durante 25 años y un millón de kilómetros? Michael Nickl lo hizo.
La avería más cara y problemática que afrontó este W124, con 445.000 kilómetros, que le dejaría tirado en una autopista cercana a Stuttgart fue un embrague roto. La mayoría de los componentes de este Mercedes-Benz son originales, con la salvedad de la bomba del radiador, un alternador, frenos y neumáticos. En la hoja de Excel en la que Nickl registra escrupulosamente cada gasto figura una inversión en mantenimiento y reparaciones generales de 58.563,26 euros.
Eso no es todo. Nickl tiene registrados todos los repostajes, pudiendo constatar que su W124 ha consumido una media ligeramente por encima de los 6 litros/100 kilómetros con un coste total de 53.786,28 euros. Hablamos de un coste cada cien kilómetros, en combustible, en torno a los 5 euros.
En definitiva, una historia curiosa, ¿no crees?
Vía: Carscoop
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