De la factoría austriaca de la ciudad de Graz acaba de salir el Mercedes Clase G número 400.000, un hecho que sin duda es todo un logro para el fabricante de la estrella y digno de celebrar. En concreto, se trata de un G400d en color rojo rubeli que tendrá como destino Rhineland, donde le espera un entusiasta del modelo que ya cuenta con una veintena de ellos en su garaje. No obstante, se trata de un hecho muy curioso este logro, pues por un lado, el G es símbolo de tecnología, contando con propulsores y sistemas de seguridad de última factura, pero por otro, no deja de ser un verdadero fósil con ruedas, una especie en extinción con su chasis de largueros y travesaños, diferenciales mecánicos con bloqueo… lo que viene siendo un todoterreno auténtico.
El Clase G apenas ha cambiado durante más de 4 décadas
La historia del Clase G se remonta al año 1972, momento en el cual Daimler-Benz AG y Steyr-Daimler Puch (Mercedes y Puch) comenzaron a desarrollarlo. En mente tenían crear un vehículo 4×4 con unas capacidades fuera del asfalto únicas, y con el suficiente «refinamiento» para que también fuese válido para usos recreacionales, no solo para labores profesionales o incluso militares. De hecho, se cuenta que la idea del Clase G fue una propuesta del Shah de Irán para crear un vehículo militar, habiéndose probado los primeros prototipos en las condiciones más extremas, como en la selva negra alemana, el desierto del Sahara o el círculo polar ártico.
Mercedes-Benz Mercedes Clase G
Así pues, en 1979 empezaron a fabricarse los primeros de ellos en la misma fábrica de Graz de la que hoy ha salido esa unidad 400.000, estando dicha producción a cargo de Styer, igual que ahora. La primera generación del Clase G (1979 – 1992), denominada internamente como W460, contaba con tracción integral y diferenciales 100 % bloqueables. Disponía de carrocerías de tres y cinco puertas, chasis cabina e incluso «descapotables», y con motorizaciones gasolina de 4 y 6 cilindros (de 117 a 182 CV) y diésel de 4 y 5 cilindros que ni tan siquiera llegaban a los 90 CV. De este primer G destacan las diversas versiones comercializadas bajo licencia, como el Puch G que se vendía en Austria, Suiza o Yugoslavia, así como el Peugeot P4 destinado al ejército francés con mecánicas del 504 y 604, sin olvidar el famoso papamóvil de Juan Pablo II de 1980.
En 1992 llegó una segunda generación, el W461, y que ha pasado a la historia por ser el primer AMG todoterreno. Se trata del G 55 AMG Kompressor equipado con un motor V8 con compresor volumétrico que desarrollaba 476 CV y 700 Nm, el cual pretendía ser un homenaje en el 25 aniversario del 4×4 alemán, pero que acabó por convertirse en tendencia, pues a día de hoy, el 40 % de las unidades vendidas a día de hoy son G 63 AMG.
Actualmente, desde el año 2018, se comercializa la tercera generación W463, con motores que van desde los 285 CV del G350 destinado al mercado asiático hasta los 585 CV del G63 AMG, pasando por las versiones diésel G350d y G400d de 286 CV y 330 CV, respectivamente, estando todas ellas equipadas con cambio automático de 9 relaciones.