Antes de fin de año Brabus presentó el paquete Rocket 900 para el Mercedes-AMG GT de cuatro puertas. Un salvaje cuatro puertas de diseño musculoso y prestaciones superiores a las de muchos supercoches. Un coche a todas luces excesivo, pero un coche sensato y discreto al lado del último lanzamiento de Brabus. Si te acabas de hacer rico comprando criptomonedas volátiles como Dogecoin o eres un youtuber de (mucho) éxito con domicilio fiscal en Andorra, es muy posible que el Brabus Rocket 900 basado en el Mercedes-AMG G 63 excite tu sentido arácnido.
Bromas aparte, la realidad es que este coche no es para todos los públicos. Y no solo por su tremendo precio de 480.000 euros (impuestos no incluidos) o su producción limitada a 25 unidades. En verdad es porque su aspecto es realmente personal y exagerado – más exagerado que cualquier creación previa de Brabus, en mi humilde opinión. Pero a la estética ya llegaremos. En primer lugar, hemos de hablar de su preparación mecánica. El motor M178 del AMG G 63 desarrolla 585 CV, pero este Rocket 900 aumenta en 315 CV su potencia inicial.
Mercedes-Benz Mercedes Clase G
Como es lógico, no es posible incrementar en 315 CV la potencia de un motor sin serias modificaciones mecánicas. No es suficiente con una reprogramación electrónica. Para empezar, la cilindrada del motor ha aumentado en medio litro hasta los 4,5 litros, se han instalado nuevos turbocompresores de mayor tamaño y se han forjado todos los componentes internos del motor, además de instalarse un intercooler de mayor tamaño, una admisión ram-air de fibra de carbono y una línea de escape de nueva factura. Por supuesto, también la «repro».
El resultado son 900 CV y 1.250 Nm de par motor a solo 2.600 rpm, pero el par motor ha sido limitado electrónicamente a solo 1.050 Nm. El motivo es salvaguardar la caja de cambios AMG Speedshift de serie, que no ha sufrido modificaciones. Aunque su peso sigue superando las 2,5 toneladas y algunos ladrillos son aerodinámicos, este titán mejora en 0,7 segundos el registro del 0 a 100 km/h, que bate en solo 3,7 segundos. Es incluso más rápido que un Brabus G 900 V12 de doce cilindros. La punta está autolimitada por electrónica a «solo» 280 km/h.
Por supuesto que podría ir más rápido, pero sus neumáticos mixtos montados en llantas de 24 pulgadas no lo soportarían. Sus llantas son las más grandes jamás fabricadas por Brabus, tienen cubiertas de fibra de carbono y alojan gomas de hasta 335 mm de sección en el tren trasero. La suspensión del coche ha sido extensamente modificada: es una Brabus RideControl roscada, con una altura 45 mm inferior a la de un G 63 de serie. Para parar el coche han instalado discos de freno de 400 mm en el eje delantero y 370 mm en el eje trasero.
A nivel visual, el Mercedes-AMG G 63 Brabus Rocket 900 se basa en el kit estético Brabus Widestar, al que se añaden varios aditamentos. Por ejemplo, una calandra en fibra de carbono con LEDs luminosos en su interior – como si fuera un ordenador gaming – o un nuevo paragolpes delantero. Sobre el techo se instala un nuevo spoiler de grandes dimensiones y los escapes laterales son exclusivos de esta versión. Sobre el capó se monta una gigantesca toma de aire funcional. Pero sobre todo, lo que más abunda es la fibra de carbono expuesta.
Es un material caro, pero realmente abundante tanto fuera como dentro de este exclusivo Mercedes Clase G. Aunque la configuración de este coche puede ser tan personalizada como deseemos, Brabus ha elegido detalles en color rojo para su habitáculo, donde la fibra de carbono, Alcantara y cuero de patrón diamante están por todas partes. Ninguna pieza del habitáculo permanece de serie: todo ha sido retapizado o personalizado, incluso las tapas de los altavoces Burmester o los gráficos de la instrumentación digital.
Te puede gustar más o menos, pero este Mercedes Clase G no te dejará indiferente.
Fotos del Mercedes-AMG G 63 Brabus Rocket 900