Fue hace ya unos meses cuando mi compañero y amigo Sergio probó la nueva Mercedes-Benz Clase T, al igual que Juanma la Citán. Ahora hemos tenido una tercera toma de contacto con el monovolumen compacto de la firma de la estrella por parte de un servidor en busca de resolver la gran duda: ¿estamos ante un monovolumen premium que merece más la pena que un SUV? Vamos a descubrirlo en estas 6 claves.
Y es que al fin de cuentas esa es una pregunta que puede ser muy frecuente entre los potenciales clientes de una furgoneta pequeña, las que están siendo llamadas a sustituir al monovolumen pequeño. Sí, la Mercedes-Benz Clase T se posiciona como un vehículo más premium por imagen de marca, tecnología y ciertos acabados, pero si solo buscamos practicidad, comodidad y espacio, ¿realmente merece la pena frente al segmento dominante?
1. La Clase T es el Mercedes-Benz más barato de la gama turismo
Sí, la Mercedes-Benz Citán es más barata que la Clase T, pero la casa alemana busca posicionar a esta última dentro de la gama de turismos, mientras que la primera dentro de las furgonetas. Sea como fuere, una de las principales bazas y razones de compra que quiere proporcionar Mercedes-Benz a sus clientes es que la Clase T es el turismo más barato de la marca.
Concretamente tiene un precio de partida de 29.722 euros para la versión 160, que esconde un motor gasolina de 100 CV. No obstante, la Renault Kangoo con 130 CV y acabado tope de gama sigue siendo 2.707 euros más barata.
2. Una carga tecnológica más generosa
Aunque bien es cierto que las furgonetas compactas han dado saltos de gigante, y más ahora que ya actúan como monovolúmenes, la Mercedes-Benz Clase T destaca por una buena dosis de carga tecnológica. Esto lo vemos a través de una pantalla de 7 pulgadas con el sistema MBUX de Mercedes-Benz integrado, dejando una interface rápida y que, por norma general, es mejor que la de la competencia. Aunque podría ser algo más intuitiva.
El cuadro de mandos sigue siendo analógico, pero contamos con el asistente de voz que se activa, al igual que en otros modelos de la marca, a golpe de «Hola, Mercedes». ¿Es esta carga tecnológica motivo suficiente para decantarnos por la Clase T antes que por otros modelos? Todo dependerá de nuestros gustos, necesidades y de lo que valoremos en un coche, porque a día de hoy la mayoría de nosotros conectamos nuestro smartphone al coche y nos olvidamos de lo bueno o malo que sea el sistema de infoentretenimiento.
3. Unos acabados un poco -pero solo un poco- más mimados
Por norma general, este tipo de vehículos son austeros, espartanos y con «carencias» en lo que a materiales agradables se refiere. Lo entrecomillo porque, al fin de cuentas, estamos ante un segmento batallero e ideal para llevar a los niños, hacer escapadas de fin de semana o ir a la playa en verano con toda la familia. Es decir, el coche se va a ensuciar, por lo que encontrarnos en su interior con acabados lujosos, blandos o propensos a sufrir daños no tiene mucho sentido.
La Clase T, sin tener el interior de un Clase S ni muchísimo menos, busca diferenciarse de su hermana de gama y de la competencia mostrando unos acabados más agradables a la vista. Y digo vista porque realmente al tacto lo que encontramos es plástico duro, pero los diseñadores de la marca han querido poner molduras de colores para contrastar u ofrecer al cliente una mayor personalización. Los ajustes no son malos, pero sigue siendo lo que es: un coche de batalla.
4. Se puede camperizar de serie con un sistema «quita y pon»
Uno de los puntos álgidos de la Mercedes-Benz Clase T y más ahora que está tan de moda, es la posibilidad de camperizarla de serie. Es decir, no tenemos que recurrir a terceros para hacerla camper como sí ocurre con vehículos de la competencia. Esto es posible gracias a la colaboración de Mercedes-Benz con Bivac, una empresa española que se encarga de camperizar vehículos.
Lo bueno es que es un sistema de «quita y pon», por lo que no tenemos que perder los 520 litros de capacidad que declara la Clase T. Además, se trata de módulos personalizables, por lo que a la hora de configurar al monovolumen alemán con esta opción contamos con la posibilidad de hacerlo según nuestro gusto y necesidades. Es un extra que tiene un precio de 2.800 euros, aunque puede aumentar según lo que añadamos.
5. Una dinámica que no tiene que envidiar demasiado a la de un SUV compacto
Aunque bien es cierto que otrora las furgonetas eran consideradas como vehículos única y exclusivamente de reparto con una dinámica poco acertada y cuidada, la situación ha cambiado. Esto lo vemos reflejado en la Mercedes-Benz Clase T, coche que, pese a tener unas inextinguibles inercias debido a su forma y aerodinámica y que se hacen notar en virajes algo cerrados, no tiene que envidiar demasiado a de un SUV compacto.
No, la Clase T no es un coche ideado para irnos de curvas y disfrutar al volante, pero sí para viajar cómodamente y desplazarnos por ciudad sin demasiadas preocupaciones. A ello debemos sumarle una gama de motores bastante completa entre los que destaca la variante 180d que pude probar. Esta esconde una propulsor diésel de 116 CV que mueve lo suficientemente bien al monovolumen alemán gracias, en parte, a una más que correcta gestión del cambio EDC7 que esta hereda de la Renault Kangoo.
6. Habrá una EQT antes de que acabe el año
Aunque bien es cierto que su prima hermana francesa, la Renault Kangoo, cuenta ya con una variante 100% eléctrica, esta tan solo está disponible en formato furgón. La cosa cambia con la Clase T, modelo que tendrá una versión llamada EQT y que estará disponible como turismo, permitiendo así a los clientes habituales de las variantes de combustión decantarse por esta.
De momento, Mercedes-Benz no ha desvelado demasiados detalles más allá que se presentará en noviembre y que contará con una autonomía de entorno a los 300 kilómetros. Podrá ser una opción interesante para VTC o familias numerosas que hagan vida fundamentalmente en ciudad, pero con la consecuencia de un sobreprecio que hará que la EQT no sea apta para todos los bolsillos.
Pero, ¿es la Clase T un monovulmen premium que merece más la pena que un SUV?
Personalmente creo que la Mercedes-Benz Clase T es una buena opción para aquellos que no quieran un SUV pero requieran igualmente de espacio y comodidad. Sin embargo, no considero que estemos ante un monovolumen premium por mucho que tecnología, imagen de marca y acabados quieran demostrar que sí, un epíteto que le queda grande a cualquiera de su segmento y que encontraríamos correctamente aplicado en modelos como el ya difunto Mercedes-Benz Clase R.
¿Estamos ante un buen monovolumen? Sí, especialmente por espacio, confort y dinámica, pero no por ello uno ha de ignorar a opciones como la Renault Kangoo. No, no pagaría el sobreprecio que implica una Clase T frente a una Renault Kangoo teniendo en cuenta que, en lo realmente importante, son el mismo coche. Otra cosa es que nos decantemos por la opción alemana por la imagen que pensamos que pueda dar, carga tecnológica o equipamiento de serie.
Pero si necesitase un coche espacioso, cómodo y apto para toda la familia y sus bártulos, optaría por la Clase T o sucedáneos antes que por un SUV compacto más caro y, sobre todo, menos práctico.