La Mercedes-Benz Clase V es, indiscutiblemente, la furgoneta mediana más valorada del mercado. Sin embargo, su presente generación lleva casi una década a la venta. Su última actualización tuvo lugar hace cuatro años y, ahora, su fabricante ha pensado en que ya era hora de volver a ponerla al día. Así, este producto se renueva parcialmente en términos estéticos (por fuera y por dentro) y tecnológicos, aunque con una apuesta que refuerza todavía más su posicionamiento de lujo frente a su competencia.
De hecho, quitando las versiones para profesionales, denominadas Vito y eVito, a mí me cuesta mucho seguir diciendo que la Clase V es un vehículo industrial, sobre todo en combinación de su acabado tope de gama, conocido como Exclusive. Por debajo de este quedan los Avantgarde, Style y Base, que aun así van más equipados y están mejor construidos que nunca. Mención aparte merece la Marco Polo, variante camperizada que jamás había sido tan completa y elegante o había estado tan conectada. Puede instalar hasta una suspensión de tipo neumática.
Mercedes-Benz Mercedes Clase V
Las principales novedades respecto a la edición de 2019 se encuentran en los apartados del infoentretenimiento, de la seguridad activa (asistentes a la conducción) y de los elementos funcionales de confort. También “estrena” volante o molduras decorativas. En conjunto, tienen el objetivo de redondear una experiencia a bordo a la que no se acerca ninguna de sus alternativas, salvo la nueva Lexus LM (eso sí, por un precio más propio de una berlina de representación).
Lo que no cambia (todavía): motores, dimensiones, plataforma y concepción general
Aunque Mercedes-Benz seguirá siendo la marca líder en esta categoría con base en las modificaciones que acaba de aplicar sobre este modelo, pues continuará ofreciendo múltiples soluciones a distintas necesidades (pero revisadas y mejoradas), el elenco de mecánicas o motorizaciones de la Clase V no cambia: sigue disponiendo de un eficiente propulsor turbodiésel con tres niveles de potencia (163, 190 y 239 CV) y un sistema de impulsión eléctrico (EQV, con 204 CV y de 231 a 355 km de autonomía). En el caso del térmico la transmisión siempre es automática y existen opciones con tracción total.
Tampoco varía su tamaño, ya que tanto su carrocería estándar como su formato extendido conservan sus cotas: 5,14 o 5,37 metros de longitud, respectivamente, y 1,93 metros de anchura y 1,88 de altura para sendas variantes. Por su parte, la cabina mantiene su amplitud habitual y sus configuraciones de asientos, que van de las seis a las ocho plazas (nueve en la Vito Tourer). El maletero puede tener portón eléctrico y contar con más de 1.000 litros de capacidad sin afectar a los pasajeros.
Finalmente, también se reserva la misma plataforma que existía hasta ahora para su construcción y que, según asegura Mercedes, seguirá fabricándose más allá de 2026 para los mercados en los que se continúen demandando vehículos comerciales con motores de combustión. A partir de ese año, llegará una Clase V completamente nueva y totalmente eléctrica con una arquitectura distinta y creada especialmente para esta clase de tecnología, no como la adaptación que se hace hoy en día con la EQV (admite una batería de hasta 90 kWh).
Lo que sí cambia (y mucho): multimedia, dotaciones, calidades y ayudas de conducción
La Clase V 2024 profundiza en la digitalización, la integración móvil y la versatilidad de su habitáculo con la incorporación de un sistema operativo MBUX de última generación, basado en dos pantallas bajo un mismo cristal, y con el mismo grado de funcionalidad que en un turismo de Mercedes. Estos avances tienen su reflejo en una mayor disponibilidad de opciones de personalización interior, así como en un progreso notable en el nivel de acabados, de comodidad a bordo (partía de buena base) y de equipamiento que, hasta el momento, sólo se podían encontrar en automóviles de alta gama.
Entre sus dotaciones más destacadas se halla un grandísimo elenco de asistentes a la conducción que elevan la seguridad activa muy por encima de la media de su segmento y con la mirada puesta en una automatización parcial de la circulación. No obstante, a mí me han llamado la atención, más que ninguna otra cosa, los elementos de lujo que puede llevar, de serie o con sobrecoste, el acabado Exclusive: faros matriciales, parrilla iluminada, luces de ambiente ampliadas, asientos eléctricos de primera clase con calefacción, masaje o almohadones, e incluso la estrella de la marca a modo de mirilla, sobre el capó, algo que nunca se ha visto en una furgoneta.
Igualmente, aumentará su precio, pero es pronto para saber cuánto. La firma alemana nos ha confirmado un inicio de comercialización a finales de 2023, de modo que aún quedan unos meses para conocer la cantidad de dinero a abonar para obtener un producto que, prácticamente, no tiene parangón. Con casi absoluta seguridad, se tratará de un vehículo más barato que el LM, el cual aún tiene mucho que demostrar frente a un icono como este.
