«Si el mercado lo permite, Mercedes está lista para sólo ofrecer vehículos eléctricas antes de 2030.» Con esa rotundidad la firma de la estrella ha dejado clara su ya evidente apuesta por la electrificación que acaba de ser reafirmada con el anuncio de una inversión de 40.000 millones de euros para hacerla aún más real de lo que ya es.
Así pues, la hoja de ruta del fabricante alemán pasa por ofrecer una alternativa 100 % eléctrica a cada segmento de su gama para 2022, algo que ya va cobrando forma con la comercialización de los EQA, EQB, EQC y EQV, así como la reciente presentación del imponente y tecnológico EQS. No obstante, ello se verá impulsado con la aparición de tres nuevas plataformas eléctricas para 2025: MB.EA (destinada a vehículos de pasajeros de tamaño medio y grande), AMG.EA (para vehículos de altas prestaciones) y VAN.EA (con la vista puesta en vehículos comerciales ligeros).
Ocho nuevas gigafactorías con Europa como punto neurálgico
Para poder transformar prácticamente la totalidad de su producción en eléctricos se ha planteado la construcción de ocho nuevas mega-fábricas de baterías con una capacidad total de 200 GWh, situándose cuatro de elles en Europa. Asimismo, Mercedes promete una nueva generación de baterías con mayor densidad energética gracias al uso de ánodos de silicio-carbono, lo que se traduce en una mayor capacidad para un tamaño dado.
Además, las baterías producidas responder a una configuración modular, por lo que empleando las mismas celdas en diferentes cantidades es posible crear las baterías para toda la gama de modelos de la marca reduciendo costes, algo que también se pretende conseguir gracias a los acuerdos con especialistas en la materia como SilaNano en el campo de las baterías o la adquisición de la británica YASA para la fabricación de motores eléctricos.
Finalmente, Mercedes tampoco ha descuidado el que hasta ahora es el mayor hándicap de los vehículos eléctricos y que Tesla ha sabido ir resolviendo bastante bien desde sus inicios, y no es otro que la escasa red de puntos de recarga. Para resolver este escollo nace Mercedes me Charge, una red compuesta por más de 530.000 puntos con la ventaja de ofrecer un sistema de conexión y pago «automático» sin necesidad de ir enredando con plataformas y aplicaciones móviles. Igualmente, para 2025 los propietarios de estos vehículos también podrán usar los 25.000 puntos de recarga de la red de Shell.
Con esta ambiciosa hoja de ruta Mercedes se sitúa junto a Audi como una de las firmas premium más electrificada del momento y con un camino más despejado que el que parece planteársele a la tercera cabeza del tridente alemán, pues aunque muchos son los proyectos de BMW con su gama i, lo cierto es que aún no se están materializando al ritmo de los de sus rivales. No en vano, debemos tener presente que Mercedes fue una de las pioneras que apoyó e invirtió en Tesla, y puede que ahora estemos viendo los frutos de ello y de un titánico trabajo detrás del telón durante todos estos años.
