Tanto si eres fan del baloncesto como si no lo eres, conoces la importancia que ha tenido en el mundo del deporte el gran Michael Jordan. El legendario jugador de los Chicago Bulls es considerado uno de los mejores jugadores de baloncesto de todos los tiempos, una leyenda viva. Hace apenas unos días ha concluido la subasta de la que en su momento fue una de sus posesiones más preciadas: un espectacular Mercedes S 600 Coupé preparado por Lorinser. Y te sorprenderá saber la peculiar historia que ha salido a relucir tras su fallida subasta.
Antes de entrar en harina, hablemos del coche en sí. Se trata de un Mercedes S 600 Coupé del año 1996, en su momento uno de los Mercedes más caros que se podían adquirir. En sus entrañas ronronea un motor 6.0 V12 atmosférico, un brillante propulsor de 394 CV de potencia, transmitida al suelo mediante un cambio automático de cinco relaciones. Si bien era un coche de prestaciones más que decentes – el 0 a 100 km/h se cifraba en 6,6 s – su motivo de ser no era ese. Era ser la máquina hedonista definitiva, uno de los coupés más lujosos, refinados y cómodos del momento.
Su equipamiento era tan amplio como la chequera de su comprador, y en el caso del S 600 de Michael Jordan, siquiera los catálogos de opciones de Mercedes eran suficientes. La estrella de los Chicago Bulls quería algo aun más exclusivo. Por ello, contactó con el preparador alemán Lorinser, que instaló en su S 600 un discreto kit de carrocería, un sistema de escape con un sonido más llamativo y unas llantas cromadas de 19 pulgadas, además de otorgar una puesta a punto más deportiva a su suspensión.
El coche fue anunciado en la plataforma estadounidense de subastas Bring-A-Trailer, donde no logró alcanzar su precio de reserva, con una puja máxima de 34.000 dólares. Sí, este es un precio muy bajo, pero hay varios motivos que han provocado ello. El primero es que el estado del coche es mejorable: el coche tiene 252.000 km, tiene óxido en sus bajos – el coche ha pasado toda su vida en Chicago, de duros inviernos – y no ha sido mantenido desde el año 2011. Ni su interior ni su pintura están en su mejor momento.
En definitiva, es un coche que ni siquiera ha sido preparado para su subasta. Aunque su primer propietario hace que su valor pueda ser especialmente alto, el origen del coche es como poco, sospechoso. En el anuncio se afirmaba que el coche había sido adquirido en septiembre por el Beverly Hills Car Club, el concesionario vendedor. El mismo concesionario que en agosto lo había supuestamente subastado en eBay por 202.000 dólares. Todo apunta a que dicha venta nunca se produjo, y solo buscaba incrementar artificialmente el valor del coche.
Ante semejante tejemaneje, expuesto por los usuarios de BaT en los comentarios de la subasta, las pujas nunca llegaron a alcanzar un gran importe. Y ni mucho menos alcanzaron el precio de reserva. Ahora, la reputación del coche y el vendedor han quedado mancilladas, y el coche tendrá que ser vendido a un precio inferior en un futuro. Algo, por otra parte, lógico, ya que el coche necesita una inversión de decenas de miles de dólares para devolverlo a un gran estado. Decididamente, no conviene subestimar el poder «CSI» de los comentaristas de internet.