A comienzos de los años ochenta la gama de productos de Mercedes-Benz no tenía que ver absolutamente nada con lo que hoy podemos encontrarnos en un concesionario de la marca de la estrella. Por aquellos años, Mercedes-Benz ya comercializaba deportivos y berlinas de lujo, pero no un sedán de gama alta de dimensiones compactas, que sería el lugar que ocuparían los Mercedes 190 y 190E de 1982, más conocidos por el nombre en clave del modelo que los englobaba, el Mercedes-Benz W 201. Y aunque hasta 1993 no se conociera con ese nombre, así nacía el Mercedes Clase C, situándose inmediatamente por debajo de los modelos que representaban lo que ahora conoceríamos como Mercedes Clase E y Mercedes Clase S, el W 123 y el W 126. Hace exactamente 35 años se presentaba el W 201.
Mercedes-Benz Mercedes Clase C
Aquel W 201 se convertiría en uno de los mejores representantes, y prácticamente un anticipo, de lo que le esperaría a Mercedes-Benz en los años noventa. El W 201 abría las puertas a Mercedes-Benz de un nuevo mercado y permitía la introducción de nuevos motores de acceso, como el cuatro cilindros del 190 y el 190 E, nuevos diésel, emocionantes deportivos, como el 190 E 2.3 16 válvulas y el 190 E 2.5 16 Evolution, y un sinfín de sistemas de seguridad. Aunque lo que más recordemos de él muy probablemente sea su fiabilidad, avalada por 35 años de historia – y muchos W 201 aún en servicio – y algunos récords.
En su época, y comparándolo con otros productos de la competencia, o por lo que representaría para Mercedes-Benz, muy probablemente el W 201 debería considerarse el mejor Mercedes Clase C de la historia. Y eso que aún ni tan siquiera se llamaba Mercedes Clase C.
El W 201 ya contaba con suspensiones independientes basadas en multibrazo, e importantes mejoras en seguridad pasiva, que comprendían las estructuras que conformaban su techo y el frontal. En su lanzamiento, en 1982, ningún otro Mercedes-Benz había conseguido un rendimiento aerodinámico equiparable al de este modelo.
Desde el comienzo de su desarrollo, en 1973, el objetivo de Mercedes-Benz era, ante todo, el de ofrecer la técnica, el confort, y la calidad, de las gamas superiores, en un producto más asequible y compacto, que curiosamente fue inspirado por las necesidades de Estados Unidos.
Pero, insistimos, el W 201 probablemente sea uno de los mejores ejemplos del Mercedes-Benz de antaño y el mito, bastante real, acerca de su fiabilidad. El mejor ejemplo de esas rocas con una estrella sobre el capó.
La fiabilidad de aquellos Mercedes-Benz de antaño, y del W 201, no solo responde a un mito, o a la más que reveladora presencia de muchos Mercedes-Benz en servicio que, después de recorrer cientos de miles de kilómetros en Europa, o incluso de superar el millón, acabaron sus días en regiones de Oriente Próximo y el norte de África.
En aquellos años, Mercedes-Benz se propuso dos retos. El primero, batir varios récords de velocidad. El segundo, demostrar la fiabilidad de su coche. Mercedes-Benz llegaría a batir varios récords con aquel W 201, que aún hoy en día siguen vigentes, como el de recorrer 50.000 kilómetros a una velocidad media de 247,939 km/h. Récord que exigió más de 8 días ininterrumpidos rodando en el circuito de Nardò, parando en boxes únicamente cada dos horas y media para un cambio de piloto y un repostaje rápido y para cambiar de neumáticos cada 8.500 kilómetros.
Toda una hazaña que da buena cuenta de hasta qué punto eran fiables aquellos coches, y aquellos motores. Leer más acerca del Mercedes 190E 2.3 16 y sus récord de velocidad.
Más imágenes del Mercedes W 201: