Reconozco que tras haber tenido dos Mercedes caja W124 en el garaje, mi opinión puede estar ligeramente sesgada, pero no creo equivocarme si afirmo que los Mercedes de los años ochenta son prácticamente inmortales. Su longevidad es ya vox populi, así como su durabilidad mecánica, especialmente si hablamos de mecánicas diésel. Si aun no lo crees, o piensas que es un mito urbano, te conmino a que veas el vídeo que va incluido en este artículo, y compruebes cómo arranca un Mercedes 200D tras ocho años abandonado a la intemperie.
El vídeo es cortesía del canal de YouTube de Flexiny, que tiene acceso a una propiedad rural en Estonia donde hay decenas de coches almacenados a la intemperie. No es un desguace… es más bien una especie de purgatorio automovilístico. Los elegidos vuelven a la vida, y quizá, vuelven a tener propietario o se convierten en donantes para otros coches. Sea como sea, lo que hoy vamos a contemplar es un vídeo en el que Flexiny devuelve la vida a un Mercedes W124 con motor 200D, es decir, un 2.0 diésel atmosférico con 75 briosos caballos de fuerza.
Al menos, cuando el coche era nuevo. Tras 8 años a la intemperie en un lugar tan duro como Estonia, y casi 280.000 km – teóricamente – en su odómetro, habría que comprobar cuántos caballos han abandonado el establo. Hablando de comprobaciones, lo único que Flexiny ha hecho antes de proceder al arranque del coche fue añadir gasóleo fresco al tanque, vaciar de residuos el filtro de aire e instalar una batería en el coche, además de instalar lo que parece un módulo de arranque. Tras esto, el motor arrancó, literalmente, al toque.
Hay coches que no arrancan así tras ocho horas parados. Este 200D lo hizo tras ocho años parado, manteniendo un ralentí casi perfecto. Tras varios acelerones, un nuevo filtro de combustible y más combustible fresco, el motor diésel de inyección mecánica estaba listo para mover por sí solo al coche. Es cierto que el motor humea, y posiblemente quema algo de aceite a causa de unos retenes de válvula muy resecos, pero su sonido es muy sano. El coche en sí está en un estado… mejorable: hay óxido visible en su carrocería y bajos, y su pintura tiene mal aspecto.
Con todo, muchos elementos de su interior están en buen estado, e incluso el salpicadero no se encuentra agrietado – algo común en estos modelos si pasan mucho tiempo al sol. Tras arrancarlo y darse varios paseos, el vídeo termina sin que sepamos cual es el destino del coche. El 200D es posiblemente el W124 menos valioso, y esta unidad está en un estado bastante malo – bajo el estándar de un coche capaz de circular legalmente en carretera. No obstante, esta unidad es una superviviente, y cimienta aun más la reputación indestructible de estos Mercedes ya clásicos.