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Michelin muestra sus neumáticos para el programa Artemis de la NASA que rodarán durante 10 años

En el marco de las 24 Horas de Le Mans no sólo los fabricantes de coches han mostrado sus principales novedades. También lo ha hecho Michelin, pero pensando más allá de las carreras…y más allá de la tierra. En concreto ha mostrado un prototipo de rueda lunar que funciona sin aire, la cual está pensada para el programa Artemis que la NASA está llevando a cabo desde 2017 con varios prototipos investigando el polo sur de la superficie lunar.

Unos neumáticos lunares probados en Francia, cerca de la sede de Michelin

El objetivo propuesto para el programa Artemis es buscar agua en forma de hielo, además de adquirir datos científicos en la cara oculta donde el ser humano nunca ha puesto un pie aún. El buggy que camine por las superficies inexploradas de la Luna deberá permanecer durante una década recabando datos, necesitando funcionar además de manera autónoma.

Además de su progreso sobre el asfalto, ya sea de calle o en las carreras, Michelin ya ha sido socio de la NASA en años anteriores. Desde 1995 hasta 2007 los neumáticos franceses eran los que llevaban el transbordador espacial. Michelin fue de nuevo la elegida tras una licitación que puso en marcha la NASA para obtener neumáticos especiales para dicha misión. Para ello, Michelin ha estado realizando pruebas en la región volcánica de Auvernia, cerca de la sede central en Clermont-Ferrand.

La gravedad y la fuerza con la que golpea el sol en la superficie lunar son grandes retos para fabricar estos neumáticos

Neumático MICHELIN diseñado para extremas temperaturas lunares y durabilidad de 10.000 km.

Uno de los grandes problemas que encontramos en la Luna es, por supuesto, la gravedad – la falta de ella en concreto. Al ser una sexta parte, superar superficies inclinadas es algo más complicado dado que toda la superficie es terreno suelto donde es complicado traccionar. Es por ello que se necesita una banda de rodadura con mucha superficie de contacto, una idea aún más extrema de lo que podemos encontrar en dunas de desiertos.

El hecho de que no haya atmósfera alrededor de la Luna, como ocurre con la Tierra, hace que los rayos del sol peguen con más fuerza, lo que implica un mayor envejecimiento de los materiales y protección contra los rayos UVA. No sólo eso, sino que también es necesario que los neumáticos resistan la mayor cantidad de radiación electromagnética que proviene del astro rey.

Temperaturas de entre -250 y 100 grados centígrados

También deberá ser un diseño de neumático que reduzca la resistencia a la rodadura para priorizar la autonomía del buggy lunar, además de aguantar la gran abrasión de la superficie de la Luna. No en vano, han de aguantar unos 10.000 kilómetros en estas condiciones. Unas condiciones que, además, son aún más diferentes de las de nuestro planeta dado que oscilan entre -250 grados centígrados y 100 grados.

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David Durán

Habiéndose criado a pocos kilómetros del Circuito de Jerez y viendo cierto trío de ingleses hablando de coches desde pequeño, para David Durán decantarse por el mundo del motor no le fue difícil. Desde que se cruzó con un Ferrari F40 y un Lamborghini Diablo en plena carretera en un 'simple' viaje familiar, siempre ha querido estar ligado a la automoción. Seguir leyendo...

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