La industria del automóvil, la Unión Europea en general, y sobre todo España en lo concreto, se la juegan.
La Unión Europea y su industria del automóvil se la juega
- La Unión Europea sigue avanzando en su plan para hacer frente al aluvión de coches – especialmente eléctricos – fabricados en China que temen sea una amenaza para la industria del automóvil local
- Hoy se llevará a cabo una votación para decidir si salen adelante los aranceles que pretenden aplicarse a los coches fabricados en China
- Alemania, Francia, Grecia, Italia y Polonia ya tienen una posición al respecto
- España aún no ha hecho pública la dirección de su voto
Olaf Scholz, Canciller federal de Alemania (Deutscher Bundestag)
El caso de la Unión Europea contra China
- Durante todo este año la Unión Europea ha estado investigando la industria y la economía de China para analizar qué beneficios han recibido los fabricantes chinos para producir, y comercializar, coches eléctricos a un precio notablemente inferior al de los europeos
- La investigación determinaba en julio que los fabricantes chinos han tenido suficientes ventajas como para justificar que la Unión Europea deba imponer aranceles de hasta el 46,3% a sus coches
- La consecuencia directa más evidente sería que los precios de estos coches eléctricos fabricados en China – no solo por marcas chinas, sino también europeas, como CUPRA – se encarezcan notablemente y dejen de ser competitivos frente a los europeos, hasta el punto de que incluso pudieran no ser viables en Europa
- China amenaza con responder a los aranceles con medidas recíprocas, o incluso escalatorias en esta suerte de guerra comercial, que podrían ir desde imponer medidas que restrinjan la llegada de coches europeos a China, hasta otro tipo de aranceles y restricciones a sectores importantes para la economía europea diferentes del automóvil
- Algunos miembros de la Unión Europea defienden estos aranceles, ante el peligro que supone para la industria del automóvil europea el desembarco de todo un aluvión de marcas chinas
- Otros miembros, y una buena parte de la industria europea, se oponen a la medida y alertan de los peligros que implica para su negocio y para la economía europea
Carlos Cuerpo, Ministro de Economía (Moncloa)
España no se decide, Alemania lo tiene claro
La votación que se llevará a cabo este viernes no es parlamentaria y no se llevará a cabo por los representantes, los europarlamentarios, escogidos en los comicios de junio. Sino que serán los representantes de los estados miembros los que presentarán su posición, hasta conseguir una representación mayoritaria – que suponga el 65% de la población del territorio común – que decida la imposición o no de estos aranceles, que entraron en vigor cautelarmente este verano. De no haber una decisión firme, la Comisión Europea podría seguir adelante en cualquier caso con los aranceles:
- Alemania ha tardado en decidirse pero, después de abstenerse en la primera votación de julio, votará en contra de los aranceles (Reuters), Olaf Scholz, Canciller alemán, habría tomado esta posición atendiendo a las peticiones de su industria del automóvil
- Francia, Grecia, Italia y Polonia votarán a favor de los aranceles
- España, mientras tanto, no se ha decidido o, al menos, no ha hecho pública su postura. El Ministro de Economía, Carlos Cuerpo, reconoce que «hay mucho en juego para nuestra industria local». En septiembre, España ha hecho público su acercamiento a China, aún más después de la visita de Pedro Sánchez a Xi Jinping en Pekín, aspirando además a que fabricantes chinos instalen sus plantas en nuestro país. Pero se desconoce la posición que tomará en esta votación
Con la distribución de fuerzas actuales, todo apunta a que la imposición de aranceles a los coches eléctricos chinos saldrá adelante. Esta medida, en cualquier caso, aún no queda cerrada del todo y no parece que vaya a suponer el cese de las negociaciones, que podrían conseguir, entre otras cosas, una flexibilización de los aranceles que se han establecido hasta la fecha.
