A pesar de lo mucho que se ha demonizado a los motores diésel desde las instituciones políticas durante la última década y su abandono paulatino por parte de la mayoría de fabricantes de automóviles, sus beneficios son más amplios que nunca respecto a otros sistemas de propulsión. Es una tecnología al límite de la eficiencia termodinámica en impulsores térmicos y que, en combinación con la hibridación ligera, goza de ventajas de circulación.
Marcas como MINI, propiedad del grupo alemán BMW, todavía confían en esta clase de máquinas y lo demuestran con su instalación en nuevos modelos como el Countryman de tercera generación. Se trata de un SUV compacto (4,44 m de largo), relativamente amplio (5 plazas bastante generosas y 450 l de maletero) y que, movido a gasóleo, es potente, consume muy poco, tiene distintivo ambiental ECO y, adicionalmente, cuesta casi lo mismo que el más barato de gasolina. ¿Te creíste que el diésel estaba muerto?
MINI Countryman D 2024: una versión diésel prestacional, frugal y que gusta a la DGT
MINI Countryman
Con un depósito de combustible de 45 l y un consumo medio homologado de 4,6 l/100 km según ciclo WLTP (a pesar de una gran superficie frontal y una masa de 1.695 kg en orden de marcha), el MINI Countryman D es un «todocamino» ideal para recorrer cerca de 1.000 km sin parar a repostar. Además, su propulsor diésel es la última evolución del B47 que se coloca en muchos productos de BMW, destacando tanto por prestaciones y eficiencia como por fiabilidad. Ya se usó en el F60 (Countryman II).
Se trata de un motor con hasta 150 CV de potencia y 360 Nm de par que, con el apoyo de un pequeño impulsor-generador eléctrico, permite a este MINI desarrollar un total de 163 CV y 400 Nm. Gracias a estas cifras, el Countryman D 2024 puede acelerar de 0 a 100 km/h en 8,5 s y alcanzar una velocidad punta de 208 km/h, mientras que gracias a su sistema microhíbrido a 48 V (hablamos de un MHEV), recibe la etiqueta ECO de la DGT y todos sus beneficios en ciudad.
Su precio parte de 41.000 €. Son exactamente 1.400 € más que la versión equivalente de gasolina (Countryman C con 170 CV). A cambio de ese dinero se obtiene una caja de cambios automática de doble embrague con 7 relaciones que sólo se asocia a tracción delantera, así como el equipamiento de serie habitual, muy generoso en términos de multimedia, seguridad y confort, aunque no se renuncia a una inmensa variedad de opcionales.