¿Alguna vez has probado un simulador moderno, ya sea en ordenador o consola, utilizando gafas virtuales para lograr la máxima inmersión posible? MINI está precisamente probando esta tecnología con una mezcla de lo real y virtual llamada MINI Mixed Reality para utilizarlo en sus coches de verdad. Con esta especie de Matrix, MINI (es decir, BMW) quiere desarrollar su tecnología para el futuro de la conducción autónoma y poder implementarla con una experiencia diferente a la de rivales como Ford, Tesla, Mercedes, Audi u Honda.
Un ordenador de gran potencia conectados a unas gafas que nos transporten a un mundo virtual
A través de unas gafas de realidad virtual, el mundo se transformaría alrededor del conductor, como si del MINI del garaje pasáramos al de Gran Turismo/Assetto Corsa/Forza. Las gafas están conectadas a un ordenador de gran potencia, creando un entorno en el que sea capaz de registrar a tiempo real los movimientos de las gafas virtuales, la aceleración, el sonido del vehículo y la interfaz del vehículo. El objetivo es que se consiga llegar a una experiencia de conducción totalmente distinta de todo lo que uno haya visto hasta entonces.
BMW también tiene previsto aprovechar esta investigación MINI Mixed Reality para estudios de usuario, pudiendo ofrecer entornos completamente diferentes para ver no sólo en el habitáculo sino más allá de las ventanas, más allá de un HUD como el que veríamos en un simulador normal y corriente. Literalmente, ver el mundo con otros ojos, al mismo tiempo que se siente la conducción en el cuerpo. Una experiencia que en buena medida podría atraer en el futuro a conductores jóvenes que busquen precisamente una mezcla de real y virtual.
A través de un sistema de cámaras a tiempo real, es posible que el usuario pueda continuar navegando por el mundo real al mismo tiempo que lo hace conectado al virtual al que accede mediante las gafas VR. Esto abre también las puertas a posibles asociaciones en el futuro con compañías relacionadas con realidad virtual o la industria del videojuego, así como integraciones relacionadas con simuladores. Para estos test se ha utilizado un MINI Cooper SE camuflado.
BMW se está centrando en estos test para validar su viabilidad de cara a distintos fines. El de la conducción autónoma es solo uno de ellos, de momento ‘congelados’ en Europa en el nivel 2 a la espera de que la propia legislación vea con buenos ojos el paso al nivel 3 que ya hemos visto desde hace años en Japón (bajo circunstancias especiales y concretas, eso sí). El paso a nivel 3 sería importante porque ya hablaríamos realmente de conducción autónoma, en vez de un gran número de ayudas para asistir al conductor, que en nivel 2 aún es el responsable de la marcha.