Desde los icónicos Mercedes 600 el binomio régimen dictatorial y flamantes Mercedes para llevar a sus líderes es todo un cliché, pero el caso es que Corea del Norte y su líder Kim Jong-un cumplen con creces este clásico. ¿Cómo un país como Corea del Norte consiguió hacerse con unos Mercedes «imposibles» de comprar? Es uno de los grandes misterios que ha rodeado el mundo del motor en los últimos meses y por fin descubrimos las artimañanas de Kim Jong-un para poder disfrutar de sus carísimos Mercedes Clase S blindados.
Aunque es de sobra conocido que Kim Jong-un y algunos de los líderes del régimen norcoreano emplean vehículos de lujo para sus desplazamientos en Corea del Norte, fueron las imágenes de Kim Jong-un desplazándose en un Mercedes S600 Pullman Guard y un Maybach S62 las que levantaron todas las sospechas. Esta muestra de poderío con varios Mercedes blindados como parte de su séquito no encajaban en un país al que la ONU impone un veto en importaciones como es el caso de los artículos de lujo.
Mercedes-Benz Mercedes Clase S
Tal fue el «escándalo» que incluso se apuntó a la propia Mercedes como responsable de la venta. Pero no fue así, Daimler desmintió de forma rápida y tajante la venta de estos Mercedes al régimen norcoreano, confirmando así el cumplimiento de las sanciones que impone la ONU y detallando que las ventas de sus coches se realizan acorde a estos criterios. Es decir, la venta de los Mercedes se realizó a través de algún intermediario que obviamente no reveló sus verdaderas intenciones, algo que parecía que quedaría en el más absoluto de los secretos hasta que The New York Times se ha propuesto averiguar los entresijos de esta rocambolesca historia.
Como en la mejor de las películas sobre espías, la compra de los Mercedes blindados para Kim Jong-un está plagada de artimañas para camuflar el verdadero destino. Sin haberse descubierto aún quién fue el primero de los compradores de estos coches, lo que sí se ha sabido es que la historia arranca en el puerto de Rotterdam (Europa) en Junio de 2018. Allí los coches fueron embarcados con rumbo al puerto de Dalian (China) para después llegar al puerto de Osaka (Japón) y más tarde al puerto de Busan (Corea del Sur).
Pero lo curioso de la historia se produce en el periplo entre Corea del Sur y el supuesto final del viaje en el puerto de Nakhodka (Rusia). Este último viaje se produjo en un barco con bandera de Togo, sin embargo misteriosamente el barco estuvo ilocalizable durante 18 días, tiempo en el que se presupone que fueron descargados los coches para ser enviados a Pionyang por avión sin que nada ni nadie pudiera seguir su rastro. Tal fue el cuidado en el envío que el entramado de empresas fantasma, testaferros y dinero procedente de paraisos fiscales impide conocer a ciencia cierta quién estuvo detrás de los pagos de los coches y su transporte.
*La última generación de la saga Pullman, ahora firmada por Mercedes-Maybach
Pero lo curioso de esta historia no está en la adquisición de unos vehículos de lujo saltándose un veto a nivel internacional, sino la «facilidad» con la que Corea del Norte puede sortear esas restricciones con total impunidad. Además, la investigación realizada con los Mercedes en el punto de mira ha sacado a la luz el modus operandi del régimen norcoreano para importar todo tipo de artículos, algo que muestra con total claridad cómo Corea del Norte se abastece fuera de la ley… y ya no nos referimos solo a coches.