La producción de los fantásticos Dodge Charger y Dodge Challenger terminó a finales de diciembre, pero uno de los mitos a ellos asociado tardará mucho en morir. Desde que estos coches nacieron, en la primera década del siglo XXI, se ha insistido en que su plataforma es de origen Mercedes. Se ha llegado a mencionar incluso que sus orígenes están firmemente anclados en los años noventa. ¿Qué hay de cierto en estas afirmaciones? ¿Son coches tan anacrónicos como piensan muchos petrolheads? Arrojamos luz sobre este asunto de una vez por todas.
Hay algo de Mercedes en los Charger y Challenger, pero mucho menos de lo que piensas
Entramos en harina. La plataforma usada por los Dodge Charger se llama LX, y la usada por los Challenger se denominaba LC. Era simplemente una plataforma LX ligeramente acortada, por lo que puede decirse que ambos coches estaban construidos bajo la misma plataforma. El Dodge Charger fue lanzado en el año 2005, y el Challenger en 2008. Ambos llegaron al mercado en pleno apogeo de la era DaimlerChrysler. Esta época es recordada con poco cariño, especialmente desde los aficionados al motor del lado estadounidense.
Fotos del Chrysler 300
Aunque hubo lanzamientos de producto muy exitosos – el Chrysler 300C, sin ir más lejos – el público percibió una merma notable en la calidad de los vehículos, fruto de una racionalización de costes marcada. Se cree que esta racionalización de costes venía «impuesta» desde las oficinas alemanas del grupo. También conviene mencionar que la plataforma LX es una adaptación a propulsión trasera de la plataforma LH, cuyos orígenes datan de American Motors Corporation (AMC), absorbida por Chrysler a finales de los años ochenta.
Para crear la moderna plataforma LX, Dodge y Chrysler enviaron un grupo de ingenieros a Alemania, sobre todo con el objetivo de estudiar los componentes de suspensión y chasis. El marco temporal de esta labor de desarrollo coincidió con el lanzamiento de los Mercedes Clase E W211, a la venta entre 2002 y 2009. Los ingenieros de Dodge y Chrysler decidieron recurrir a piezas y diseños de origen Mercedes para la plataforma LX, siendo el aprovechamiento más directo el esquema de suspensión multibrazo del eje trasero de los Clase E W211.
Del W211, Dodge y Chrysler también aprovecharon el diferencial trasero, y usaron las manguetas delanteras del Mercedes Clase S W220. El esquema de suspensión multibrazo del Mercedes Clase E W211 era muy similar al del Clase E W210 (1995-2002), del que origina. Este punto en común con los Mercedes de los años noventa es el que ha dado lugar al famoso mito. No obstante, Dodge y Chrysler usaron aún más piezas de origen Mercedes en sus coches: la caja de cambios W5A580 es de origen Mercedes, así como el sistema de ESP y algunos módulos de control.
Incluso la columna de la dirección, la estructura de los asientos o algunos componentes del sistema de climatización. La «conexión alemana» es patente en los Charger y Challenger, pero decir que usaban la plataforma del Mercedes Clase E W210 es incorrecto. De hecho, el Dodge Charger estrenó una segunda generación en 2011, con una nueva plataforma LD, ya evolucionada por una Dodge independiente de Mercedes – en aquella época, Dodge era parte del Grupo FCA. Aun así, el esquema de suspensión trasero sigue teniendo orígenes claramente alemanes.
La evolución de ambos muscle cars dejó atrás las cajas de cambio Mercedes, en favor de cambios ZF de ocho relaciones, pero incluso a día de hoy es posible intercambiar componentes de suspensión entre los primeros y los últimos Challenger, o usar en el muscle car americano componentes del chasis de un Mercedes Clase E W211. En última instancia, la «conexión alemana» ha sido irrelevante a nivel comercial: las ventas de los Charger y Challenger fueron «in crescendo» hasta sus últimos momentos, y son considerados un punto álgido para Dodge.
Fotos de los Dodge Challenger Scat Pack
Fuente: Muscle Cars & Trucks | CarExpert