Para mí, Mitsubishi es una marca que ha perdido una gran parte de su identidad durante los últimos años. Años de lanzamientos aburridos, por debajo de la media de un mercado que ha abandonado la pasión por el automóvil – salvo honrosas excepciones. Mitsubishi era una marca abanderada de la deportividad, con grandes sagas como los Eclipse, los FTO o los incombustibles Lancer Evolution. Por eso, cuando anunciaron que el nombre Evolution volvería en forma de un concept electrificado, no esperábamos que fuera el último clavo en el ataúd de una denominación con tanta historia. Porque el Mitsubishi e-Evolution Concept es un crossover eléctrico.
Es un coche que anticipa el futuro de los crossover en la marca, construido en torno a la propulsión eléctrica, el automóvil conectado y servicios de asistente personal basados en la inteligencia artificial. Suena divertido, ¿verdad? – nótese la ironía. A nivel de diseño, lo cierto es que el Mitsubishi e-Evolution Concept es salvable. Su frontal hace gala de la última interpretación de su lenguaje de diseño Dynamic Shield, con una calandra de porte agresivo y anguloso. El resto del coche sigue estos patrones afilados, con un duro perfil lateral y una superficie acristalada más bien escasa.
Sus puertas traseras se abren en sentido contrario a la marcha, revelando una ausencia de pilar B, solución clásica en un prototipo. He de reconocer que como SUV deportivo, el e-Evolution Concept es resultón, especialmente en su frontal y en su zaga, con detalles agresivos como unas grandes llantas o un pilar trasero flotante. Pero no deja de ser un prototipo, cuya versión de producción – de existir – incorporará algunos de sus códigos estéticos, y prescindirá de la espectacularidad del concept. Es patente al ver su interior, con un volante futurista y una enorme pantalla que abarca la totalidad del salpicadero.
Esta pantalla, este sistema de infoentretenimiento, cuenta con un asistente de inteligencia artificial que conoce nuestra agenda o gustos musicales, además de poder entablar conversación con nosotros en un lenguaje claro y comprensible. Esta tecnología puede además identificar a los pasajeros individualmente y ofrecerles diferentes servicios. En cuanto a la mecánica, la nota de prensa sólo habla de que es movido por tres motores eléctricos, un motor delantero y dos motores traseros. Esta tracción integral permanente posee un sistema de reparto activo del par motor, que adapta el reparto de tracción a las condiciones de la carretera.
La potencia de este sistema es desconocida. Este sistema se llama Dual Motor AYC (Active Yaw Control), y es el único guiño al pasado de los Mitsubishi Lancer Evolution que hemos podido encontrar en este vehículo. Porque el futuro es de los crossover eléctricos, y al parecer, no hay nada que podamos hacer para evitarlo.
