Quién no ha soñado alguna vez con alzarse como el airoso ganador de uno de esos miles de concursos de dudosa fiabilidad que se celebran en internet, sobre todo cuando el premio es un coche. Pues bien, Adam Griffiths debió de pellizcarse más de una vez después de que Dream Car Giveaways, una empresa especializada en sorteos de vehículos, lo anunciase como el nuevo propietario de un Mitsubishi Lancer Evo IX, coche de ensueño para muchos pero que se terminaría convirtiendo en una intensa y fulgurante pesadilla para este joven de 27 años.
A priori, el contexto sonaba bien: una unidad con «escasas modificaciones» -algo a tener en cuenta dado que los Evo suelen ser base predilecta para este tipo de acciones-, poco más de 100.000 kilómetros reflejados en el odómetro y recién pintado en un flamante color rojo. ¿Qué podía salir mal?
Las imágenes adjuntadas en el Faceebook de Dream Car Giveaways daban constancia de ese aparente buen estado de la berlina de Mitsubishi. Si a esto le sumamos que después de sus asiduas apariciones en la saga Fast&Furious el Lancer Evo se ha convertido en coche de culto para muchos y que Adam Griffiths seguramente se encuentre dentro de ese grupo que lo idolatra fervorosamente, obtenemos la fórmula de la felicidad.
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Pero ¿habéis escuchado alguna vez eso de mi gozo en un pozo? Pues creo que se puede aplicar perfectamente en este caso. A poco más de 100 kilómetros de donde Griffiths recogió su flamante Evo IX, sufrió un accidente que ha dejado el coche completamente inservible. De momento, se desconocen las causas del siniestro, aunque todo apunta a que un exceso de velocidad provocó un sobreviraje imposible de digerir incluso para el sistema de tracción total del Lancer.
Aunque afortunadamente no hay que lamentar ningún herido, todo apunta a que el Mitsubishi Lancer Evo IX, fruto de un concurso, no volverá a pisar la carretera. En las dos imágenes que se han filtrado del golpe podemos apreciar un frontal completamente devastado y una zaga que se insinúa en un estado similar, dando así constancia de la seriedad del mismo.
Sea como fuere, está claro que el día más maravilloso se puede terminar convirtiendo en una insufrible pesadilla en poco más de 24 horas, y si no, preguntádselo a Adam Griffiths y a su Lancer Evo. No todas las historias tienen un final feliz, y esta es prueba irrefutable de ello.
Fuente: CarBuzz
