Si te gusta pasar miedo, es posible que hagas un maratón de películas de terror o que cuentes historias para no dormir en una casa perdida en el monte. Pero nada será más terrorífico que el coche que protagoniza este artículo: el Mitsuoka Orochi. Puede parecerte poco más que un coche feo, pero quizá ignoras que está inspirado en una terrorífica serpiente maldita de la mitología japonesa. El Mitsuoka Orochi será quien te visite esta noche en tus pesadillas, no Freddy Krueger o Chucky, el muñeco diabólico. ¿De verdad quieres seguir leyendo?
Antes de conocer al Mitsuoka Orochi, hagamos una breve – pero fascinante – lección de mitología japonesa. El nombre de este deportivo hace referencia a Yamata no Orochi. Es el nombre de una criatura mitológica, cuyos primeros registros escritos datan del año 720 antes de Cristo. Se trata de una gigantesca serpiente. Una serpiente con un único cuerpo, inflamado y sangriento, del que emergían ocho colas y ocho cabezas, que se extendían por ocho valles y ocho colinas. En sus representaciones gráficas, se asemeja más a un temible dragón que a una serpiente.
Yamata no Orochi tenía como costumbre, cada año, devorar a una joven de un pueblo. Cuenta la leyenda que fue Susanoo – el dios Shinto de la tormenta – el que derrotó a Yamata no Orochi, tras emborrachar a la serpiente con licor, cortándola en trozos con su espada, para que no pudiera seguir aterrorizando a la población. Todo estaba bien, hasta que Mitsuoka Motor decidió revivir a Yamata no Orochi, para volver a aterrorizar a la población. Todos están temerosos, sabiendo que un monstruo mitológico está suelto por las carreteras de Japón.
Mitsuoka Motor es un carrocero japonés fundado en 1968 y en 1996 obtuvo el estatus de fabricante de vehículos. Aunque antes del Orochi había producido algunos vehículos propios de corte utilitario, el grueso de su fama y facturación se lo debía a proyectos de carrozado. Basados en vehículos comunes de origen japonés, creaban homenajes a clásicos europeos y americanos, con mas o menos éxito, pero una indudable personalidad propia. En 2001 se embarcaron en su proyecto más ambicioso, el Mitsuoka Orochi: un deportivo de motor central de desarrollo propio.
Lo de desarrollo propio lo dejaremos entrecomillado, porque en verdad, era un coche construido sobre la plataforma del Honda NSX, adquirida a Honda. Sobre esta plataforma y en posición central-trasera se montaba un propulsor V6 de 3,3 litros y origen Toyota. Era un motor montado en berlinas como el Toyota Camry o SUV como el Toyota Harrier, con 233 CV y una curva de potencia poco puntiaguda. Era un motor, eso sí, sedoso, sencillo y muy fiable.
Asociado a un cambio automático de cinco relaciones y convertidor de par, se priorizó la facilidad de uso y la comodidad sobre el carácter o las prestaciones puras. Con un peso de 1.580 kilos, hacía un 0 a 100 km/h de unos seis segundos, una cifra más que decente. Su interior era un lugar cómodo y bien diseñado. Mas allá de una instrumentación Toyota, los asientos deportivos tenían un diseño cuidado y la selección de materiales usada empleaba cuero natural e inserciones metálicas. Todo un contrapunto a su desquiciado diseño exterior, de verdadera pesadilla.
Hay que reconocerles algo a Mitsuoka, y es que realmente el coche inspira miedo y pavor, y su frontal nos recuerda vagamente a un reptil mitológico. Su boca, sus fauces, unas ópticas que simulan dos pares de ojos, tomas de aire que simulan escamas sobre el capó… Sus formas son muy orgánicas y fluyen como lo hace el cuerpo de una serpiente. El mismo esquema biológico se repite en la parte trasera. Si querían diseñar un coche basado en un dragón de leyenda, desde luego, lo lograron. Pero el Mitsuoka Orochi no tuvo una sola versión. Oh no, ni mucho menos.
El coche se produjo de forma ininterrumpida desde el año 2006 hasta el año 2014, y alguna unidad suelta fue producida hasta el año 2018. También se presentó una versión descapotable llamada Nude Top, y durante los años que estuvo en producción varias unidades homenajearon mitos del manga japonés, como Evangelion – edición especial «7-Eleven Evangelion» – o Devilman. Incluso hubo una versión Kabuto inspirada en un casco tradicional de los guerreros samurai. Su esquema de colores y su diseño son sorprendentemente parecidos a este casco histórico.
Desde que finalizase la producción del Orochi, Mitsuoka Motor no ha vuelto a desarrollar coches propios. Pero vende con mucho éxito coches como el Mitsuoka Rock Star – un Mazda MX-5 transformado en una especie de Corvette de segunda generación – y el nuevo Mitsuoka Buddy. El Buddy es un Toyota RAV4 fantásticamente transformado en un Chevrolet Blazer de los años ochenta. Su éxito es real: la producción del Mitsuoka Buddy está completamente agotada hasta el año 2024. Pero en nuestras pesadillas el Mitsuoka Orochi siempre será el protagonista.