Las autocaravanas no son vehículos rápidos: por tamaño, por peso y por el propósito para el que han sido concebidas. Esta ‘norma’ tiene su excepción y esa excepción tiene nombre propio ‘MoHo’. O lo que es lo mismo: la autocaravana más rápida del mundo que nadie usaría para irse de vacaciones… o sí. Eso dependerá de su próximo dueño, ya que ha sido puesta a la venta.
Esta GMC de 1977 es propiedad de Britt Palmer y hace muchos años decidió que era el vehículo adecuado para batir un récord de velocidad en Bonneville Salt Flats, el desierto de sal ubicado en Utah que se ha convertido en un escenario habitual de carreras y récords de velocidad. Para ello, recurrió a Dennis McCarthy: sí, el autor de muchos de los coches que hemos visto en Fast & Furious.
Con sello Fast & Furious
Él y su equipo de Vehicle Effects destruyeron por completo la autocaravana para empezar, casi, de cero: se deshicieron de cada elemento del interior y lo sustituyeron por láminas de aluminio. Convirtieron la cabina de conducción en una de carreras, incluyendo un RacePak IQ3 Dash y un asiento de carreras Kirkey. Y, dado que la autocaravana se estaba construyendo para ir a altas velocidades, instalaron una jaula antivuelco a lo largo de todo el vehículo para proteger a los ocupantes.
‘MoHo’ está impulsada por un motor Chevrolet Ram Jet 502 de 700 CV combinado con una transmisión automática TH425 y reforzado con una moderna inyección de combustible… sin olvidar su correspondiente inyección de ácido nitroso. Para aprovechar al máximo estas prestaciones, las modificaciones también llegaron a la puesta a punto: añadieron a la ecuación un sistema de escape Magnaflow, una suspensión neumática RideTech o frenos de disco modernos para las seis ruedas.
El récord
Con estas prestaciones, ‘MoHo’ puso rumbo a Bonneville Salt Flats para convertirse en la autocaravana de Clase A (las de mayor tamaño que se asemejan a un autobús) más rápida del mundo: no en vano, alcanzó una velocidad máxima certificada de 195,53 km/h y superó el récord anterior de 165,27 km/h. No pudo vencer, eso sí, a algunas de las autocaravanas más pequeñas y modernas que han llegado a los 226,91 km/h.
Un exterior para concienciar
El exterior de ‘MoHo’ recibió una serie de tratamientos para que fuera lo más aerodinámico posible: suavizaron los paneles exteriores y se decoraron para concienciar a la gente sobre la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth. Se trata de una neuropatía hereditaria que afecta a los nervios que controlan el movimiento muscular de la parte inferior de las piernas y a los que transmiten la información sensorial al cerebro. El resultado final es que las extremidades se debilitan y se atrofian.
El interior, por su parte, es inexistente. ‘MoHo’ es un vehículo legal para circular por la calle, así que sus actuales dueños recuerdan que se puede equipar y reacondicionar con los accesorios tradicionales: sólo hay que tener presente la jaula antivuelco en ese proceso. La autocaravana más rápida del mundo está la venta por 95.000 dólares (88.400 euros, según el cambio actual): es una cifra elevada para un vehículo de este tipo de segunda mano… pero, después de todo, es un vehículo con un récord mundial.